Lo curioso es que si observabas a las personas que entraban podías apreciar en ellas la sonrisa de la esperanza, el gesto de la incertidumbre o la expresión de la sospecha, pero al salir no encontrabas rastro de ellos, veías el dolor de la decepción, la amargura del desánimo y la soledad de la derrota.
Los que simplemente vieron el escaparate estaban admirados de la calidad y el buen servicio que brindaba, pero quienes tuvieron que entrar a ella saben ahora que las apariencias engañan.
Esta descripción sirve para explicar lo que muchas veces ocurre en la vida cotidiana de tantas personas, aquellas que viven en una situación de desventaja y para las que se ha creado esa “preciosa tienda” encargada de garantizar sus derechos y de la que no reciben más que una bonita sonrisa.
Para otros en cambio el negocio va de maravilla, todo funciona como debería ser porque la publicidad está siendo un éxito, nunca han tenido la necesidad de entrar y por eso no han degustado el amargo sabor de sentirse ignorados.
Es triste, pero cierto, que vivamos en una constante mentira, que se hagan promesas que son recibidas como el agua en tiempo de sequía, pero que nunca lleguen, y si lo hacen sea sólo de manera sesgada o a costa de empeñar la vida.
Nos interesa tener un escaparate grande y abundante con un diseño moderno para sentirnos seguros y con la conciencia tranquila, a la vanguardia del mundo, claro… si no vamos a entrar nunca quizá el escaparate nos baste, pero qué ocurre cuando queremos entrar y vemos que era sólo una estrategia de ventas…
Afortunadamente no son mayoría quienes lo necesitan pero precisamente por eso no pueden hacer demasiado ruido, por eso lo importante es contarle a todos aquellos que nunca han entrado que las cosas no van bien, que es preciso cambiarlas, que falta mucho contenido, no sólo una remodelación sino un inventario completo para reponer todos los estantes que están y han estado siempre vacíos.
2 comentarios:
Vamos que, como quien dice, el Sr. Caldera montó una tienda de aquí no te menées y con un escaparate que lo vendía todo cuado no tenía nada.
Mira por donde esa es la descripción más próxima a la realidad de la Ley de Dependencia. Mucho por aquí, nada por alla. Y esa es la gran decepción de todas las personas diverso funcionales, que desde enero del año 2007 están con la boca abierta e incluso algunos, con la boca desencajada, al comprobar que de esta publicitaria ley no les ha llegado absolutamente nada. Mucho menos si quienes tienen que aplicarla son los impresentables de la Generalitat Valenciana, que reciben el dinero del gobierno central y se lo gastan en cualquier cosa menos en la partida presupuestaria a la que iba destinado.
Tu redacción es perfecta. Dices lo mismo que yo pero de manera mucho más fina y elegante, e incluso más directa a la fibra del intelecto, pues inteligente es tu exposición. Yo lo digo de manera burda y grosera, pero lo hago así para los que le dicen al pan pan y al vino vino.
Sí, por ahí precisamente iba la historia, aunque se pueda extrapolar a muchas otras situaciones.
Siempre es una ventaja que haya más de uno cuando se trata de opinar, y por eso es una suerte que cada uno de nosotros se exprese de una forma, así se llega a mucha más gente. Los estilos pueden variar y ser del gusto o no de quien lo lee, pero el contenido está claro. Gracias por haberme dejado entrar en vuestro espacio.
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