“El que los niños vean la discapacidad como un valor más depende de los padres”
José Martínez Sánchez, educador
Esther Peñas / Madrid- 06/04/2009
Los métodos para relacionarse con niños con distintas discapacidades es un tema que ha acaparado la atención de los profesionales, pero el libro ‘Volver a jugar’, de José Martínez Sánchez (ediciones ‘letra clara’), indaga sobre la relación que se procura entre los niños con y sin discapacidad. Basta observar algunas pautas mínimas para que cualquier fiesta de cumpleaños sea por completo accesible y, por supuesto, tan divertida como la que más.
¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
La idea surgió después de trabajar durante quince anos como animador sociocultural, durante todo este tiempo realicé todo tipo de fiestas para todas la edades y noté que los niños con discapacidad no asistían a las mismas; de ahí la idea de preparar un libro que rompa las barreras.La finalidad del libro es que se convierta en una guía que ayude a fomentar la igualdad entre todos, que rompa las barreras. ¿Y qué mejor método integrador que los juegos? Si desde pequeños los acostumbramos a que participen todos juntos, el día de mañana tendremos mucho ganado.
¿Cuál es el germen del mismo?Quería escribir un libro de juegos infantiles basado en mi experiencia como animador durante todos estos años, ya que noté un vació en la animación orientada a los niños con discapacidad; pero más que un libro de juegos, es una ventana abierta al futuro para que, a través del juego, la sociedad se conciencie y trabaje paralelamente.
¿Cómo lo preparó?Compilé los juegos más populares en las fiestas; la mayoría son tradicionales, pero también hay bastantes propios, es decir, míos. Y todos ellos orientados a la integración de niños con discapacidad.
¿Cuánto tiempo tardó en escribirlo?
No es un libro que se pueda escribir a diario por su complejidad, ya que hay que dejarlo madurar, pensar en el juego, cómo adaptarlo… ‘Volver a jugar’ me ha supuesto siete años de trabajo.
¿A qué público se dirige?
Está orientado al público en general, sobre todo a los padres con niños sin discapacidad, ya que mi experiencia me dice que, en muchos casos, son los padres los que apartan a los niños, especialmente por desconocimiento. Por eso, la intención del libro es que sea guía para acercar a padres de una manera sencilla y divertida a niños con distintas discapacidades.
Asimismo aprovecho la oportunidad para animar a otros colectivos a que se comprometan a garantizar unos mínimos de accesibilidad en sus servicios y ofertas, por ejemplo hoteles, todos aquellos relacionados con la animación turística. También, por supuesto, en todo tipo de escuelas.
¿Cuáles son las principales barreras para que los niños con discapacidad se integren en el juego?
Si pensamos en la discapacidad como un problema que nos afecta costará mucho esfuerzo y tiempo romper barreras, pero si lo contemplamos con normalidad, habremos solucionado mucho más de lo que imaginamos. El problema está en los adultos, que somos los que creamos las diferencias y colocamos las barreras, de ahí la importancia de educar al niño a través del juego, para que el día de mañana esté acostumbrado a subsanar las barreras. Es algo que deberían de enseñar en las escuelas, porque el juego no puede segregar a ningún niño.
¿Qué discapacidad es más complicada de integrar en la infancia?N
o me gusta pensar en que una discapacidad es más complicada que otra, ya que sería un error pensar así, pues sin darnos cuenta también estaríamos creando diferencia. El animador tiene que trabajar cada día de manera diferente, según la edad de los niños o su grado de discapacidad, o incluso del propio juego, y también depende de dónde se juegue, bien sea la escuela, el campamento o en casa. Como animador sociocultural, no veo gran diferencia, lo que sí es verdad que existe un mayor esfuerzo en algunos.
De los múltiples juegos que propone en su libro, me gustaría que escogiese el que considera más adecuado para niños en silla de ruedas, niños sordos y niños ciegos.
Si hay niños sordos, se sustituirá la música por la señal que realice el público. ‘¿Cómo se juega?’ Todos empezarán a bailar hasta que el organizador diga: ‘¡Estatuas!’ Entonces todos los concursantes se pararán y se quedarán quietos y sin moverse. Adoptarán una postura que represente alguna figura deportiva. El organizador observará a los concursantes, comprobando que nadie se mueve. Éste se valdrá de cualquier truco para hacer que el concursante caiga en la trampa, así, pues, hay que estar atentos y no intentar moverse o reír, ya que en este caso el concursante quedará eliminado. Sólo se permitirá hablar cuando el organizador pregunte al concursante qué deporte representa. Si el deporte que diga el concursante es el correcto seguirá en el juego; de no ser así, quedará eliminado. A una nueva señal del organizador los participantes volverán a bailar hasta que oigan ‘¡Estatuas!’ En este momento se pararán otra vez y representarán una figura deportiva diferente a la anterior. El juego se irá repitiendo hasta que quede un único concursante sin eliminar. Los jugadores quedarán eliminados cuando repitan alguna figura o no sepan qué figura representar. También quedarán eliminados aquellos que se muevan o se rían. Para no quedar fuera del concurso habrá que estar muy quieto y callado, algo que el organizador intentará que no ocurra. El animador puede contar un chiste, tocar la cabeza o la nariz con un plumero para haceros reír. Hay que estar muy concentrados para poder llegar a la final.
¿Qué importancia tiene el juego en el desarrollo de la personalidad de los niños?
El juego es creatividad, estimula al niño en su desarrollo educativo, ya que a través de él el niño aprende unos comportamientos de disciplina, en los juegos de competición de equipo el niño desarrolla los instintos de colaboración aprendiendo a compartir éxitos y fracasos. El juego es una gran terapia para que el niño tenga confianza en sí mismo y le ofrece pautas para relacionarse con los demás.
¿Cree que los niños de ahora están más pendientes de videoconsolas que de relacionarse con sus compañeros?
Sí, pero ya sabemos que el niño hace lo que ve, por tanto, su comportamiento puede modificarse. Por desgracia, ya no se ven niños jugando en las calles, y eso es responsabilidad de los adultos. Una vez más, hay que ser optimista, sobre todo porque la solución está en cada uno de nosotros, y ésta, en concreto es muy sencilla: se trata de volver a enseñarles juegos para compartir y sacarlos a la calle con toda seguridad; el niño prefiere el juego sencillo de la calle antes que las consolas, sólo hay que sacarlos y enseñarles y así podremos volver a ver las calles alegres con los juegos de los niños.
Un niño, ¿cómo acepta la discapacidad?
Bien, el problema esta en el adulto, no al padre o madre, sino a aquel adulto que no vive de cerca la discapacidad, que es quien la termina convirtiendo en un problema.
En los niños que no la tienen, ¿cómo se entiende la discapacidad?
Depende de las enseñanzas de los adultos, que han de inculcar los valores de igualdad. En ello nos va que los niños vean la discapacidad como un valor más.
Fuente: Solidaridad Digital
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