Desde el inicio del gobierno de Felipe Calderón se produjo en México la mayor escalada de violencia conocida en esta época contemporánea, con más de cinco mil quinientos muertos provocados por la llamada delincuencia organizada y el narcotráfico, y más de dos mil en los últimos meses de este año.
Al día de hoy, las ejecuciones, decapitaciones, emboscadas, asaltos armados en comisarías y hospitales, bien para salvar compañeros o asesinarlos según sea el cometido predispuesto y todo esto usando uniformes de los diferentes cuerpos policíacos del país.
Ante la imposibilidad de hacerle frente con los miles de cuerpos policíacos que hay en el país, completamente descoordinados y en su gran mayoría corruptos, el presidente Calderón sacó el ejército y proclamó esta guerra abierta que hasta el momento se está perdiendo, puesto que al igual que a las corporaciones policíacas, el ahora ejercito que con exiguos sueldos no se si puedan resistirse a la invitación constante de estos grupos para que deserten y se unan a sus filas bajo la promesa de jugosos emolumentos.
De nada sirve que la ciudadanía en general pida mayores penas e incluso la pena de muerte, cuando la policía no es capaz de detener a los infractores de la ley, solamente el uno por ciento de los delitos es realmente castigado, por lo tanto la impunidad es casi total, puesto que si las corporaciones policíacas no hacen su trabajo, la justicia menos, y cuando fallan esos dos pilares tan importantes, no hay manera de entrever una solución al conflicto, es más, pienso que todo podrá ir a peor.
Cuando los Partidos políticos, cualquiera que sea su marca, solamente les interese llenarse los bolsillos durante el tiempo de su participación, de la misma forma la justicia. Donde la educación básica se encuentra en franca caída con profesores (si así puede llamársele) mas preocupados en comprar la plaza e ir a manifestaciones que en elevar sus muy precarios conocimientos y con cincuenta millones de pobres, de los cuales más de veinte en pobreza extrema, donde la policía según Herberto Ortega (Secretario de Seguridad Publica de Aguascalientes) es analfabeta, chaparra, gorda, vieja, mal pagada y corrupta. Todo esto amalgamado con políticas inmorales, incapaces, lamentables y patéticas hace que estemos en inferioridad para luchar contra un ente que dejamos crecer, que alimentamos y que ahora se vuelve en nuestra contra.
México es el país que desgraciadamente ocupa la medalla olímpica en la especialidad del secuestro, desde la cárcel se dirigen infinidad de delitos sin que sus vigilantes hagan nada, o mas bien participando en sus utilidades, la gente en la calle le tiene más miedo a la policía que a los delincuentes, el 85 % de los delitos de sangre están involucrados policías en activo o ex-policías, e incluso jefes policíacos, como pasó con el secuestro y asesinato del hijo de tan solo 14 años de la conocida familia Martì, el cual fue asesinado a pesar de haberse pagado los dos millones de dólares que habían pedido, y que tiempo después se descubrió que los secuestradores asesinos eran de una corporación policíaca especializada en secuestros y su jefe era el mismo comandante de la corporación.
El presidente Felipe Calderón puede tener buenas intenciones, sin embargo los grandes intereses de los grupos no le permiten mucho margen de maniobra, y el poder de muchos de los gobernadores aun lo limita más.
Rogelio Diz-Analista político
No hay comentarios:
Publicar un comentario