
El ser humano tiene derecho a vivir, en cambio a las personas con diversidad funcional se nos está implantando el derecho a una muerte digna. El ser humano tiene derecho a no ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, sin embargo a las personas con diversidad funcional se nos niegan tantos recursos y apoyos, como por ejemplo las ayudas técnicas y la asistencia personal, que nos convierten en una carga tan pesada para las familias y para las instituciones, que lo que pasa es que sí estamos sometidos a malos tratos y abusos continuos. El ser humano tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente, y a las personas con diversidad funcional se nos impide el acceso a la formación, al trabajo, a la vivienda y a unos ingresos propios. Y así podría esgrimir todos los derechos humanos.
La realidad, aún viniendo de la in-cultura que venimos, es que las personas con diversidad funcional también somos seres humanos, no somos personas minusválidas, ni discapacitadas, ni enfermos, somos seres humanos, personas que queremos convivir con oportunidades reales y con los derechos humanos cumplidos ¡desde hoy, desde ya!
Marga
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