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ENTREVISTA A:
MÍRIAM ESTELA MONETA: AFECTADA POR EL RECORTE DEL SERVICIO DE AYUDA A DOMICILIO
Míriam Estela, en cama, con la carta que le envió el
Ayuntamiento de Alicante informándole del recorte en el SAD
´Yo no quiero ser una carga pero no entiendo que recorten estas ayudas´
Míriam Estela Moneta tiene 48 años y lleva ocho sin salir de casa por una artrosis degenerativa y progresiva que le obliga a pasar prácticamente todo el tiempo en la cama. Hace una semana recibió su valoración como gran dependiente -15 meses después de presentar su solicitud a Bienestar Social- y el Ayuntamiento de Alicante le acaba de reducir a la mitad las horas de atención del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD). Como ella hay un centenar de personas más en Alicante.
ÁFRICA PRADO
Míriam Estela Moneta tiene concedido un Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) desde el año 2002 por el Ayuntamiento de Alicante, que comenzó siendo de dos horas semanales y se le amplió a tres de servicio doméstico, por lo que una auxiliar acudía a su casa una hora cada lunes, miércoles y viernes y realizaba las tareas de limpieza del hogar. Ayer, la auxiliar le dijo: "Tengo una mala noticia que darle, le han reducido el servicio de ayuda a domicilio desde hoy".
Míriam, como otro centenar de personas en Alicante, recibió el 8 de agosto una carta de la Concejalía de Acción Social indicándole que, ante la renovación del servicio, éste quedaría suspendido el día 22 de agosto y que, de no presentar toda la documentación antes del 23 de septiembre, se extinguiría definitivamente.
La pareja de Míriam presentó todos sus papeles el 19 de agosto "y pensábamos que como lo habíamos hecho tan rápido no nos lo quitarían", señaló ayer Míriam, quien dijo que la ayuda siempre se había renovado automáticamente. Ayer, la trabajadora del SAD le comunicó que su prestación se le reducía a la mitad: sólo 45 minutos dos días a la semana.
Míriam, con apenas 48 años, lleva 8 prácticamente encamada sin salir de casa -con muletas camina con mucha dificultad y en silla de ruedas no puede sentarse-, tiene un grado de minusvalía reconocido del 69 por ciento y una pensión de invalidez de 169,83 euros. En el último informe, del 13 de agosto, se indica que padece un proceso degenerativo gradual llamado espondilosis, además de hernia de hiato, protusión discal, hernia discal intervenida, depresión y ansiedad, y numerosos informes médicos del Hospital General de Alicante en los que señalan que su situación no tiene tratamiento que le mejore y recomiendan su acceso a una vivienda adaptada.
Por si esto fuera poco, el pasado 28 de agosto recibió la resolución de su valoración como "gran dependiente", de grado 3 y nivel 1 -quince meses después de presentar su solicitud a la Conselleria de Bienestar Social-. Es decir, que su dependencia de terceras personas y la necesidad de atención está probada.
Su pareja, Juan, trabaja de vigilante jurado por las noches y es quien le atiende cuando puede estar en casa "porque también tiene que dormir, pero es el único que hace las compras, me asea y me cuida".
"Si ahora me reducen el servicio de ayuda a domicilio, ¿qué vamos a hacer? Yo dependo de él para todo, no tengo familia aquí y él necesita un descanso. La médico hizo un papel para que nos dieran más horas de ayuda, pero nada. Por lo menos, de la limpieza de la casa se encargaba la auxiliar -y muy agradecida estoy- porque, quieras que no, algo le aliviaba a Juan. Si ahora me lo reducen, ¿quién va a hacer estas cosas?", se lamenta la afectada.
"No me entra en la cabeza -prosigue Míriam-, que un médico diga que lo que yo tengo no tiene cura y es degenerativo y que me digan que tengo menos derecho a ayuda. Y habrá gente que esté peor que yo incluso, pero no me parece justo para nadie que hagan esto. Yo no quiero ser una carga para nadie, ni para mi pareja, pero no entiendo que recorten estas ayudas, porque yo no me puedo poner a limpiar".
Juan, su pareja, señala que cuando fue a presentar los papeles de Míriam para renovar el SAD "me dijeron que cabía la posibilidad de que hubiera una reducción, por un ajuste interno del servicio". Decepcionado como ella, no le dieron ningún resguardo por presentar la documentación "ni nos han mandado otra carta, ni nos dicen nada por teléfono. Tampoco sabemos lo que durará esto".
Tras consultar con un abogado, la afectada pondrá una reclamación en el Ayuntamiento para protestar por dicho recorte.
Míriam, como otro centenar de personas en Alicante, recibió el 8 de agosto una carta de la Concejalía de Acción Social indicándole que, ante la renovación del servicio, éste quedaría suspendido el día 22 de agosto y que, de no presentar toda la documentación antes del 23 de septiembre, se extinguiría definitivamente.
La pareja de Míriam presentó todos sus papeles el 19 de agosto "y pensábamos que como lo habíamos hecho tan rápido no nos lo quitarían", señaló ayer Míriam, quien dijo que la ayuda siempre se había renovado automáticamente. Ayer, la trabajadora del SAD le comunicó que su prestación se le reducía a la mitad: sólo 45 minutos dos días a la semana.
Míriam, con apenas 48 años, lleva 8 prácticamente encamada sin salir de casa -con muletas camina con mucha dificultad y en silla de ruedas no puede sentarse-, tiene un grado de minusvalía reconocido del 69 por ciento y una pensión de invalidez de 169,83 euros. En el último informe, del 13 de agosto, se indica que padece un proceso degenerativo gradual llamado espondilosis, además de hernia de hiato, protusión discal, hernia discal intervenida, depresión y ansiedad, y numerosos informes médicos del Hospital General de Alicante en los que señalan que su situación no tiene tratamiento que le mejore y recomiendan su acceso a una vivienda adaptada.
Por si esto fuera poco, el pasado 28 de agosto recibió la resolución de su valoración como "gran dependiente", de grado 3 y nivel 1 -quince meses después de presentar su solicitud a la Conselleria de Bienestar Social-. Es decir, que su dependencia de terceras personas y la necesidad de atención está probada.
Su pareja, Juan, trabaja de vigilante jurado por las noches y es quien le atiende cuando puede estar en casa "porque también tiene que dormir, pero es el único que hace las compras, me asea y me cuida".
"Si ahora me reducen el servicio de ayuda a domicilio, ¿qué vamos a hacer? Yo dependo de él para todo, no tengo familia aquí y él necesita un descanso. La médico hizo un papel para que nos dieran más horas de ayuda, pero nada. Por lo menos, de la limpieza de la casa se encargaba la auxiliar -y muy agradecida estoy- porque, quieras que no, algo le aliviaba a Juan. Si ahora me lo reducen, ¿quién va a hacer estas cosas?", se lamenta la afectada.
"No me entra en la cabeza -prosigue Míriam-, que un médico diga que lo que yo tengo no tiene cura y es degenerativo y que me digan que tengo menos derecho a ayuda. Y habrá gente que esté peor que yo incluso, pero no me parece justo para nadie que hagan esto. Yo no quiero ser una carga para nadie, ni para mi pareja, pero no entiendo que recorten estas ayudas, porque yo no me puedo poner a limpiar".
Juan, su pareja, señala que cuando fue a presentar los papeles de Míriam para renovar el SAD "me dijeron que cabía la posibilidad de que hubiera una reducción, por un ajuste interno del servicio". Decepcionado como ella, no le dieron ningún resguardo por presentar la documentación "ni nos han mandado otra carta, ni nos dicen nada por teléfono. Tampoco sabemos lo que durará esto".
Tras consultar con un abogado, la afectada pondrá una reclamación en el Ayuntamiento para protestar por dicho recorte.
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