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martes 1 de febrero de 2011
ENTREVISTA PRESIDENTE CERMI CASTILLA Y LEÓN
«Los recortes a la discapacidad han sido espectaculares y sin negociar»
«La crisis nos está afectando a todos. En nuestro caso, si no fuera por el Centro Especial de Empleo estaríamos al borde del cierre» «Las distintas instituciones se aprovechan de la desunión que hay entre los colectivos. Divide y vencerás...»
En la región existen unas 250.000 personas con alguna discapacidad, cuya voz se escucha a través del Comité Autonómico de Entidades de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) Castilla León.
Al frente de la entidad está, desde la semana pasada, el burgalés José Luis Arlanzón, gerente de la asociación de personas sordas Arans-Bur.
Dice que le encantaría poder dar un mensaje más positivo pero la realidad manda y José Luis Arlanzón (Burgos, 1956) ha llegado a la presidencia del CERMI en uno de los momentos en los que la crisis económica está pegando más duro.
¿Cómo es el panorama de la discapacidad que se encuentra?
El mundo de la discapacidad ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte, sobre todo el panorama legislativo desde que entraron en vigor la Ley de Dependencia y la convención de los derechos de las personas con discapacidad, que no están teniendo el desarrollo que esperábamos.
¿Qué es lo que no se cumple?
La Ley de la Dependencia en realidad se llama Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia; sin embargo hemos cambiado el concepto de lo que es atención a la dependencia cuando en realidad hay personas con discapacidad que no tienen dependencia, este es uno de los problemas, que se han centrado mucho en la dependencia y no en la atención a la autonomía personal.
¿Quién debería darse por aludido ante esta crítica?
Hay algunas comunidades autónomas que discriminan muy bien lo que es dependencia y lo que es discapacidad, incluso hay direcciones generales separadas. En Castilla y León, no. Servicios Sociales asume todo...
Además, se quedaron sin jefa del área de Discapacidad...
Sí pero ya hay una sustituta (el Bocyl publicó el pasado 20 de enero el nombramiento de María Reyes Pérez Rico).
Las asociaciones se quedaron muy sorprendidas por el cese fulminante de Concepción Vázquez de Prada...
Sí, la verdad. Era una persona muy entregada, con mucho conocimiento en el ámbito de la discapacidad y años de trayectoria.
¿Les gusta la política que desarrolla la Junta?
Con la Junta las relaciones son muy cordiales y el diálogo, fluido en cuanto a Servicios Sociales, que cuentan con nosotros para realizar las leyes. Tenemos lagunas en otras áreas como la educación y la sanidad. Pero la estructura asociativa es compleja, somos un montón de colectivos muy diferentes -y, de eso se trata, de que el CERMI les agrupe- pero hay que reconocer que esto es como una comunidad de vecinos en la que hay familias con muy alto poder adquisitivo, familias acomodadas y familias prácticamente desestructuradas con mucha división interna, familias en paro...
Hábleme de esas lagunas en sanidad y en educación...
Nos gustaría que desaparecieran las barreras -sobre todo de tipo ideológico- en el acceso a la escuela de los niños con discapacidad. Lo feo, lo viejo y lo estropeado no gusta y hay algunos colegios que aún marginan.
¿Cómo les está afectando la crisis económica ?
Hay ejemplos bien claros: ahí tenemos a Fedisfibur que presentó un ERE, y esto repercute en los servicios que se prestan. En nuestro caso, afortunadamente tenemos el Centro Especial de Empleo que presta apoyo económico a la asociación pero si no, estaríamos al borde del cierre. ¿Que cómo influye en el servicio que prestamos? Hemos tenido que reducir plantilla -antes éramos 24 y ahora, 21- y la atención individual para cada niño sordo ahora es compartida con otros dos. Los recortes de las administraciones han sido una cosa espectacular, sin negociar nos han reducido un 10% la municipal, la autonómica y la estatal.
¿No había otra solución?
Me imagino que sí pero es que ni siquiera nos han dado la oportunidad de negociar. Nos reunieron y nos dijeron lo que había: un recorte igual para todos y, claro, las 'familias desestructuradas' que te decía antes lo notan más que las de alto poder adquisitivo...
¿Existe el riesgo de que desaparezca alguna asociación?
Ya está pasando. En Burgos, que yo sepa no, pero de nuestro sector, la sordera, sí están desapareciendo a nivel nacional.
¿Esta situación hará cambiar la forma de trabajar?
Tenemos que sentarnos y reflexionar sobre qué hacer porque el modelo no es sostenible.
¿Los Centros Especiales de Empleo resisten?
No... Y tenemos noticias contradictorias: por un lado se dice que la Administración va a asumir el 75% del salario y nosotros estamos viendo que hay recortes.
Ante semejante paisaje ¿Cómo se plantea los tres años que tiene por delante?
Sobre todo hay un problema de unidad. Me gustaría canalizar la diversidad que existe entre las asociaciones...
¿La Administración se aprovecha de esta situación?
Está claro. Divide y vencerás... Aunque a nivel local esto no pasa tanto, el movimiento asociativo de Burgos tiene fuerza, está bien articulado y más unido porque estamos en otro tipo de redes como Equalbur y tenemos presencia, incluso, en el Plan Estratégico.
Ahora van a lanzar una campaña para animar a las administraciones a incluir cláusulas sociales en sus contratos. ¿Cree que les escucharán?
Es complicado. El hecho de que las entidades sociales se encarguen de gestionar servicios -algo que no pasa en otros países- ha abierto los ojos a grandes empresas que han visto un filón y pueden argumentar, como cláusulas sociales, que también tienen personas con discapacidad. Es una lucha y deberíamos tener el apoyo de la Administración porque si no nos vamos a ver desprotegidos, discriminados y marginados
Fuente : diariodeburgos.es
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