Dice el refranero español que antes se coge a un mentiroso que a un cojo, y lo digo con todos mis respetos hacia estos compañeros que tienen esta patología. Lo digo por las mentiras que se le pillan a la ministra Ana Mato desde sus investigaciones de Hacienda, pero eso es algo que incomprensible ella nos niega a pesar de existir unos indicios que todo apuntan hacia su manifiesta complicidad.
Nada me importa si este o aquel eximió en su día de una trasnparencia hacia la corona española o el clero que dice estar actualmente gozando de un concordato que hace tiempo no debía seguir existiendo supuesto que nosdecimos ser un estado aconfesional. ¡Valiente hipocresía! Lo único que me importa es que estos controles deben de existir en una sociedad que se dice democrática y presume de moderna. Nada me importa si anteriormente fue un indolente, el S. Rodríguez Zapatero, si luego viene Mariano Rajoy y lo corrobora. Es el principal culpable pues sabiéndolo lo consiente, luego no me valen ciertas comparaciones. ¿No creen que es lo justo? Ni unos ni otros. Todos por el mismo rasero señores.
Ciertas opiniones nos dicen en sus artículos, que las políticas de austeridad muy mal, que digo, pésimamente aplicadas cuando se nos discrimina a una de ellas más capaz y cargan contra las clases más desfavorecidas del estado nos han llevado hacia a un estrepitoso fracaso, la evidencia viene dicha aquí. ¿O se equivoca?
ROUCO Y LOS EXORCISTAS
