Si bien es cierto que muchos de nosotros dudamos respecto del gobierno que sea claro en sus previsiones y labore en favor de todos estos parados que abundan por todas partes, lo cierto es que ya estamos hartos y cansados de que una oposición solamente tenga como objetivo recuperar una Moncloa sea al costo que sea, aunque para ello hunda en la miseria a su propio estado. La perdieron antes por embusteros, ahora la podrían llegar a perder por inoperantes.
No es de recibo que unos líderes demuestren esa codicia tan desmedida, primero está el bien común que de una u otra forma han de procurarnos a todos.
Estamos hartos del que "y tu mucho más", queremos respuestas a los problemas que nos enfrentamos diariamente y no promesas que se olvidan en tan pronto hemos alcanzado nuestros propósitos, a eso ya nos hemos acostumbrado, por desgracia. No deseamos más programas políticos vacíos de contenido y adornado por sendos propósitos que jamás van a cumplir.
Si bien es cierto que el gobierno actual olvidó la mayoría de promesas electorales que en su día se nos hizo, tampoco hay que olvidar que la principal acción de que el mayor y principal partido de la oposición no ha hecho nada por solucionar los muchos problemas que nos afectan, es como esa homilía que los obispos pronuncian y que, en ocasiones, tras horas de platicar no llegan a trasmitirnos absolutamente nada.
Aquí percibimos la sensación de estar permanentemente en campaña electoral cuando hace ya cerca de cuatro años que terminaron. Debemos esperar algo más de la clase política en general que está como aborregada en torno a las decisiones de sus líderes y no tengan que hacer nada que justifique sus copiosos y abultados estipendios y demás prebendas que reciben.
Es hora ya de pensar en todos nosotros, pues creo que nos lo merecemos, aunque sea solo por aguantar a todo esta plebe de arribistas que se dedican a ganarse el pan con el sudor de nuestra frente.
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