Somos
como esos viejos árboles
batidos por el viento
que azota desde el mar.
Hemos
perdido compañeros
paisajes y esperanzas
en nuestro caminar.
Vamos
hundiendo en las palabras
las huellas de los labios
para poder besar
tiempos
futuros y anhelados,
de manos contra manos
izando la igualdad.
Somos
como la humilde adoba
que cubre contra el tiempo
la sombra del hogar.
Hemos
perdido nuestra historia
canciones y caminos
en duro batallar.
Vamos
a echar nuevas raíces
por campos y veredas,
para poder andar
tiempos
que traigan en su entraña
esa gran utopía
que es la fraternidad.
Somos
igual que nuestra tierra
suaves como la arcilla
duros del roquedal.
Hemos
atravesado el tiempo
dejando en los secanos
nuestra lucha total.
Vamos
a hacer con el futuro
un canto a la esperanza
y poder encontrar
tiempos
cubiertos con las manos
los rostros y los labios
que sueñan libertad.
Somos
como esos viejos árboles.
domingo, marzo 08, 2009
Somos como esos viejos árboles batidos por el viento que azota desde el mar.
Dedicada a Mª Ángeles Sierra, gran persona, mejor compañera, luchadora empedernidad en pos de la igualdad, en agradecimiento a su entrega en la defensa de la libertad.
Somos
Publicado por Teuladí en 01:25
Etiquetas: Arte y reivindicación.
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2 comentarios:
Encender el ordenador y encontrarte con esto, amigo, alimenta más que las cruces de oro de S. Miguel esas que está acostumbrado a recibir el CERMI por hacer como que hace algo y no hacer más que encubrir, potenciar, redirigir y orientar nuestra discriminación, como colectivo cada vez más sibilina y silenciosa.
Pero por mucho que lo intenten como los viejos árboles echaremos nuevas raices por campos y veredas para poder andar.
Me apunto este regalo que me entregas desde el corazón y la infinita y ciega fe en el ser humano que profesas y su solidaridad, como uno de los mejores premios jamás recibidos para incorporar a mi curriculum personal, en un dia especial, el de la mujer trabajadora, lo que siempre quise ser y soy pero nunca me permitió por razón de discriminación serlo legitimamente, este cruel, interesado y desgarrador sistema que nos envuelve.
Gracias por tan bonita y estimulante mención. Nunca olvides que te quiero porque pocas personas he conocido tan grandes, tan utopicas, tan rebeldes, tan solidarias y tan leales a sus convicciones como tu.
Te recuerdo, Mª Ángeles, que soy yo quien exalta tus principales virtudes en un día tan particular como el que hoy celebramos y no acierto a entender como es que te manifiestas como una mujer andaluza, siendo así que te creía castellana.
Los epitetos que me adjudicas son inmerecidos, pero no dejan de satisfacer mi vanidad y que me reafirme en todo cuanto he dicho.
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