Doble riesgo
Nos dejamos llevar sin detenernos, andamos como a ciegas. Porque no somos nombres, sustantivos ni siquiera pronombres –una persona no sustituye a otra-, sino seres sexuados ya al nacer. “Las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género)” (Diccionario panhispánico de dudas de la RAE, 2005). Violencia de género, expresión anglicista técnico-sociológica de corte feminista en los años setenta del pasado siglo, presenta en español sinónimos mucho más precisos: violencia por razón de sexo, contra las mujeres, doméstica o de pareja.
¿Quién cuida de los hijos de los progenitores dependientes? Higiene personal, problemas de salud mental, cuidados especiales durante y después del embarazo… ¿Cómo garantizar la dignidad si hasta la prestación te la reducen cuando sales de casa de papá? Y el trabajo no abunda hoy para nadie.
No diré como afirma alguna autora que el 80% de las discapacitadas europeas sufrieron violaciones o acosos graves, por personas de la propia familia o los mismos cuidadores o sanitarios, negándolo después y haciéndoles abortar. Pero sí es un hecho que la mujer a veces, por motivos biológicos, o sociales, precisa más cuidados que el varón: la regla, el maquillaje, esos kilitos de más… Ir al baño conlleva ya toda una diferencia. Y los seres queridos, pese a la mucha entrega de por vida, o quizá por eso, terminan agotados hasta no poder más.
Porque además, glosando a Jorge Manrique, ¿qué se hizo la figura del asistente personal, tan traída y llevada en la Ley de Dependencia? Pero el 8% de las discapacitadas que llegaron a estudios superiores, de entre el 20% que alcanzó algún empleo, no puede estarse en coplas; ni menos las que no llegaron a una formación básica; ni aquellas cuya diversidad funcional (sinónimo última generación de discapacidad) se debe a la violencia. “Las mujeres con discapacidad, como víctimas de la doble discriminación, sufren no sólo la violencia de género –sexo- sino la propia de la discapacidad, convirtiéndose en un grupo de alto riesgo de sufrir violencia física y/o psíquica” (Informe sobre violencia y mujer con discapacidad, 2000). ¿Hasta cuándo la fuerza y la apariencia podrán sobre la lírica y la belleza interior?
María Pilar Martínez Barca
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