Acaba de nacer un nuevo impuesto.

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Nadie llegamos a hablar de la subida de los últimos impuestos; todos clamamos en contra de la inoportuidad ó no de la nueva Ley antitabaco, y es que camuflada hábilmente por el Gobierno del estado, han colado otro tipo de impuesto, podríamos llamarla, impuesto antitabaco, que no es una ley que mire directamente a la salud de los patriotas. Necesitamaos dinero para mantener las pretensiones del estado, ya no merece la pena si ha sido oportuna o no, si ha merecido la pena aplicar esta Ley, lo que merece la pena es que nos fijemos un poco más en las pretensiones gubernamentales para imponer un, ya lo dice el nombre,  impuesto, una imposición que llene las paupérrimas arcas del estado.

¿Y por qué nos lo presentan así?... Pues por la sencilla razón que un nuevo impuesto le quita votos y así, disfrazada la cosa pasa más desapercibida. ¿Lo entendéis ahora? Observar como nadie, siquiera por llevar la contraria, que viene siendo lo más habitual en el partido que lidera Pinocho, perdón, quería decir Rajoy, no han sido para decir esta boca es mía. Pues porqué les favorece. Ahora en estos tiempos de crísis lo que impera es que todo lo hagan las izquierdas, caso contrario sería un posible estado voluptuosamente crítico. Nos tiraríamos a la calle de inmediato, todos. Esto es lo que nos ha traído la democracia, algo que no deja de ser la tapadera de una dictadura. Otra cosa sería engañarnos. Quizás suena algo mal, pero es lo que actualmente estamos comprobando. Unas izquierdas que jamás han luchado por nuestro bien ser, quizás lo hagan para favorecer el bienestar de alguno, jamás seremos nosotros lostrabajadores quienes salgaamos beneficiados.

Seguramente con Julio Iglesias acabó el solicialismo en España. Otros disfrazados de tal, han surgido desde las derechas para hacernos creer lo contrario, y es que si la primera vez el hijo de un militar, en su honestidad así actuó de manera que nadie podrá decirle que ha sido un arrivista, ahora otro salido de la misma procedencia, lo que nos toca es aguantar a una barriga agradecida salida de los presupuestos más conservadores que tenemos. Es normal que alguna vez nos toque, si es así que nosotros no somos capaces de manifestarnos y abandonar aquella idea impuesta por un dictador, de que no debíamos ser políticos. ¿Entonces para quien lo dejamos? ¿. Para que seamos gobernados más cómodamente?. ¡Venga ya!

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