Es extraño, muy extraño que los directivos de un banco como lo es el de Santander, siga inperterrito ante la campaña de hambre iniciada por un inválido indefenso y la su oscura actuación del llamado Banco de Satán. Si lo es porque preciamente destaca su porepotencia ante una persona minusválida que no ha tenido más remedio que defender su dignidad frente a un prepotente y poderoso organismo que roba a todo aquel que llega a su negocio en la forma que lo hizo éste. Es sumamente extraño el silencio que mantiene este negocio, pese a que estemos en una crisis de la que el Gobierno español le ha sacado con la inyección de un dinero que solamente ha servido para ser distribuido entre sus capitalists, no en ninguna otra cosa, como pudiera ser los préstamos y créditos para salvar la maltrecha economía de todo contribuyente. Es decir, que con "nuestro dinero" , el dinero de todos los españoles han repleto las arcas de un negocio ambicioso y usurero, las cajas fuertes de estos sin escrúpulos. Algo raro está pasando en la sociedad española que consiente estos desmanes mirando para otro lado. Mientras, un honrado contribuyente está atacado por el llamado Banco de Satán, sin que autoridades y directivos muevan un solo dedo en este oscuro caso. Allá ellos.
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