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Viernes 28 de enero de 2011
Cargos de Génova mantienen su apuesta de relevar al jefe del Consell mientras la cúpula campista quiere resistir
Más preocupación y más incertidumbre en el PP sobre el futuro de Francisco Camps, cada vez más cerca del banquillo, después de la última decisión del juez José Flors -instructor del caso de los trajes, la causa ligada a la operación Gürtel en la que Camps está imputado por cohecho impropio- de cerrar la investigación para encarar la recta final del proceso. Dudas sobre su futuro como candidato del PP a la Generalitat, una decisión que está en el aire y que Génova debe todavía ratificar. Pero, sobre todo, alarma por los efectos que la complicada situación judicial de Camps, con una imagen pública cada vez más deteriorada, pueda tener sobre las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22-M.
Al presidente de la Generalitat -borrado por completo de la precampaña del PP en la que todavía no ha aparecido- ya le superan, de hecho, algunos de sus alcaldes. Al menos en las encuestas. A expensas del siguiente paso del juez José Flors, empieza a inquietar en las filas populares la diferencia, reflejada en sondeos internos, entre el respaldo que reciben los alcaldes del PP -dispuestos a superar de largo el centenar de gobiernos locales en la provincia- y el apoyo a la figura del titular de la Generalitat, al que un sector de Génova insiste en relevar mientras la cúpula campista, que controla la dirección regional del PP, se instala en la resistencia.
La victoria popular, bien con Camps como candidato bien con una cara nueva como cartel de campaña, está descontada. No hay demasiadas dudas. Pero los electores castigarían, a su forma, al jefe del Consell en el caso de que, finalmente, sea aspirante por tercera vez a la Generalitat, determinación que Génova, en cualquier caso, aún no ha tomado. O, al menos, eso detectan muestreos encargados por dirigentes locales del PP en grandes poblaciones de la provincia. En los escasos centímetros que separan la urna municipal de la autonómica -las dos convocatorias se celebran en la misma jornada electoral- Camps perdería tirón frente al poder de sus ediles. El alivio para los populares es que los socialistas están aún peor. En los sondeos que obran en poder del PP, de hecho, la diferencia entre Francisco Camps y sus alcaldes, según el caso, oscilaría entre los diez y los veinte puntos de distancia a favor de los líderes municipales.
En las últimas citas electorales, la tendencia siempre fue la contraria. En 2007, en el conjunto de la Comunidad, la candidatura liderada por Camps sacó 124.000 votos más que los aspirantes municipales. En las 141 localidades de la provincia, la lista a las Cortes cosechó 34.000 papeletas más que los alcaldables. Y en Alicante, Camps sacó 6.000 sufragios más que Alperi, que encabezó la candidatura municipal del PP. Es decir, el titular de la Generalitat era entonces el que tiraba de sus candidatos locales. Ahora, sondeos en mano, esa tendencia lleva camino de invertirse con electores del PP dispuestos a mantener su respaldo a los candidatos municipales pero, por contra, obviar a Francisco Camps en el caso de que, finalmente, sea de nuevo candidato a la Generalitat.
Y es que, en estos momentos, esa es la cuestión: saber si Camps repetirá como aspirante a un tercer mandato en el Consell, tal y como es su deseo. En Génova, aunque de puertas hacia fuera mantienen que Francisco Camps seguirá máxime teniendo en cuenta que el eventual juicio no se celebraría hasta después de las elecciones, lo cierto es que la preocupación crece por momentos. Y los pasos judiciales no hacen sino alimentar, como ayer ocurrió, las dudas sobre la idoneidad de su candidatura y las voces de los dirigentes que apuestan por relevar al jefe del Consell como candidato. La decisión sobre el aspirante a la Generalitat, al menos esa es la previsión de Génova, no se tomará hasta finales de marzo o primeros de abril. Ha sido retrasada, de hecho, en varias ocasiones con el consiguiente efecto sobre la ratificación de los candidatos locales. Para entonces ya se sabrá si Camps tendrá que sentarse en el banquillo. El problema, apuntan, es cómo articular, llegado el momento, una eventual sucesión de Camps al frente del PP de la Comunidad.
Mientras las dudas se extienden entre dirigentes de Génova, en Valencia, por contra, la cúpula campista, al mando de la dirección regional del PP, sigue instalada en la necesidad de mantener la resistencia. No ven motivo para cambiar a Camps. Al menos ahora. Otra cosa será cuando Rajoy gane las elecciones generales. Consideran, en cualquier caso, que la decisión tomada por el juez Flors es una más del procedimiento y que, por tanto, no hay motivos para relevar a Camps. Primero confiaban en el archivo de la causa, luego en que el Supremo no la reabriera y ahora, dicen, confían en la absolución.
Cuatro días después de la convención de Sevilla
La decisión del magistrado, que acerca a Camps un poco más al banquillo, se produce apenas unos días después de la convención de Sevilla, en la que el presidente de la Generalitat se esforzó al máximo para convencer a Génova de que debía acelerar su elección como candidato. Todos sus esfuerzos se orientaron a tratar de convencer a Mariano Rajoy de que su situación judicial le permitía volver a presentarse como candidato. Durante la convención, sin embargo, se extendió el convencimiento entre dirigentes populares, tal y como informó este periódico, de que en pocos días, como así finalmente ha ocurrido, el juez Flors tomaría una decisión casi definitiva sobre la conclusión de la investigación del caso de los trajes, un fallo judicial que tiene una incidencia directa en el futuro político de Francisco Camps. No consiguió convencer a Génova, al menos por ahora, de que acelerara su ratificación como candidato. Y todo ello, a pesar de que el jefe del Consell lo intentó por todos los medios: con discursos, fotografías y hasta con una cena de la delegación valenciana en el centro de Sevilla. P. R. F.
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