GRUPO de INVESTIGACIÓN, ANÁLISIS Y TRABAJO -GIATsobre
DISCAPACIDAD de la FUNDACIÓN ISONOMÍA
3 de diciembre de 2009
Día Internacional de las Personas con Discapacidad
Un evento que es mucho más que una simple celebración lúdica, pues con él reivindicamos la urgente implementación de la igualdad efectiva, de oportunidades y de trato, y de esta manera poder ejercer nuestros derechos y deberes como ciudadanas y ciudadanos. Pretendemos, también, que sirva de llamada de atención al conjunto de la sociedad, pero, muy especialmente, a las mujeres y hombres que ocupan cargos públicos y tienen el honor y la responsabilidad ineludible de ser quienes, bien como gobierno o desde la oposición, deben trabajar por el cumplimiento de la legislación vigente y por su mejoramiento.
La Ley de autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia es una de las leyes que, supuestamente, deberían mejorar nuestras vidas. Ha pasado otro año y, como era desgraciadamente previsible, esta ley sigue sin implementarse adecuadamente, continuando nuestra Comunidad Autónoma como ejemplo de mala gestión y deficiente desarrollo de la misma. Los últimos datos indican que, en la Comunidad Valenciana, cuatro de cada diez personas reconocidas como beneficiarias por la Ley, están pendientes de que se les establezca los servicios que les corresponden.
Por otra parte, se detecta una tendencia del Gobierno Valenciano hacia la promoción de las plazas en residencias, la opción menos deseada, en detrimento del resto de recursos y servicios previstos en la citada Ley y que auspician la permanencia en el propio domicilio. Actitud totalmente opuesta a lo que afirma el artículo 19 de la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, que garantiza el derecho a vivir de forma independiente y a la inclusión en la comunidad, indicando que las personas con diversidad funcional tengan la oportunidad de elegir su lugar de residencia y dónde y con quién vivir, en igualdad de condiciones con las demás, y no se vean obligadas a vivir con arreglo a un sistema de vida específico. ¿Acaso la Generalitat Valenciana está primando los intereses económicos de ciertos círculos ante los derechos de las personas beneficiarias?
Tanto ADFU como la Fundación Isonomía hacen suyos los principios impulsados desde el modelo social de la discapacidad i desde el Movimiento de vida independiente; principios que inspiran los contenidos de la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, en la cual se reconoce que la discapacidad es un concepto que evoluciona, y que resulta, más que de la propia deficiencia orgánica, de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad. Por tanto, queremos, podemos y debemos construir y trabajar por una sociedad activa, productiva y constructiva en la que todas las mujeres y todos los hombres gocemos de la misma igualdad de condiciones a la hora de desarrollar nuestros proyectos vitales; proyectos para cuya realización es imprescindible que la accesibilidad universal sea una realidad.
El mundo está en crisis y, tal vez, siempre lo estará. Pero hablar de crisis ahora mismo es referirse al crac económico que nos está afectando. Sin embargo, para algunos colectivos, la crisis es permanente, y nos perjudica más que a otros. Las personas con diversidad funcional estamos metidas en este paquete. Un ejemplo es el paro que no cesa de crecer y que para las personas con algún tipo de deficiencia se agudiza todavía más. En la provincia de Castellón el 70% de las 25.000 personas con diversidad personal en edad laboral estamos paradas. Sí, hablar de esto ahora, cuando hay tantas familias al borde del abismo por estar todos sus integrantes en paro, quizá suene extravagante; pero es que, cuando pase esta crisis, y la economía vuelva a crecer y los empleos se multipliquen otra vez, las mujeres y los hombres con diversidad funcional seguiremos en paro. Muchos empresarios, cuando una persona en silla de ruedas, con muletas, con bastón blanco, o que saluda sin palabras, o alguien con alguna diversidad funcional intelectual o mental leve, entra por la puerta para pedir trabajo, solo ven la silla de ruedas, las muletas, el bastón blanco, el silencio o los rasgos de esa persona, y no se molestan en averiguar las capacidades que puede tener. El concepto que tiene la sociedad sobre las personas con diversidad funcional debe empezar a cambiar. Empezando por las propias personas implicadas y siguiendo por la familia, tutores y tutoras, amistades, medios de comunicación, personal político y administrativo, etc. Todos y todas somos personas capaces de realizar muchas cosas, pero cada una a su ritmo y con los productos de apoyo y adaptaciones que sean necesarias. Así, el resto de ciudadanas y ciudadanos que integran la sociedad tomarán conciencia de que, si ellas no nos ponen barreras físicas y sociales, nosotras y nosotros no seremos personas discapacitadas.
Y recordad:
Todas las personas somos iguales"
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