Juan Hernández Vicente
Desprecio hacia las personas
dependientes
Tengo a mi esposa María Araceli Yáñez Cancio, de 83 años de edad, que padece la enfermedad de Parkinson desde 1996, con valoración de la situación de dependencia, cuyo resultado es de 84 puntos, lo que equivale a una dependencia de grado 3, nivel 1. Esto fue valorado con los certificados de los doctores especialistas. Estos certificados fueron presentados con la solicitud de fecha 16 de mayo de 2007 y el 16 de octubre de 2009 se cumplen 29 meses y aún no hemos visto ni un céntimo de euro, cuando en Murcia, Andalucía, Cataluña, etcétera, pagaron las primeras solicitudes a los dependientes a los 18 y 19 meses y después están pagando a los 8 a 10 meses, desde la fecha que la solicitaron. A los que han muerto también las cobran los familiares que los cuidaban, pero en estas comunidades no les gustan los chorizos, mejor las frutas y verduras.
En la Comunidad Valenciana parece que somos africanos, y somos españoles, y no quiero ni un euro más ni menos que los demás dependientes españoles, y mientras no sea así pelearé hasta conseguirlo, porque la mayor parte del dinero que entra en la caja del Estado es de los pobres, y muchas personas dependientes estén abandonadas, despreciadas, humilladas y lo más grave, olvidadas al filo de la muerte. En estos casi tres años de la Ley de Dependencia han muerto sobre 11.000 sólo en la Comunidad Valenciana sin ver ni un euro.
Señor Camps: se le ve a usted muy sonriente y contento saludando al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, don Juan Luis de la Rua. Dios quiera que esa amistad y sonrisa sea para siempre por ambas partes. Usted, como presidente de la Comunidad Valenciana alardea demasiado con que los ciudadanos valencianos son los más protegidos con los parados y con los servicios sociales. Esto no se lo cree ni el más tonto del pueblo.
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