Me descubrí en la sombra de tus sueños,
perpetuando un tiempo ajeno.
Lejana, distante, errante, perdida.
Con voz silenciada y mirada dormida.
Me descubrí entrecortada.
En medio del amanecer, cautiva.
Envuelta en tus brazos.
Viviendo en tu vida.
Dispuesta a quererte, a llorarte, a besarte;
dispuesta a reírte, dispuesta a llamarte;
dispuesta a vivirte, dispuesta a encontrarte.
Y así, pasaron los días, los meses, los años.
Vencimos pasiones, vencimos engaños;
vencimos caminos rocosos y amargos;
vencimos la vida, creamos un manto
de tiempos mortales, de miedos pasados,
de ajenos pesares, de frutos creados.
De tanto amor brotaron flores,
no exentas de pinchos de tantos amores.
Me descubrí envuelta entre tus sueños
y hoy vuelvo a descubrirme envuelta en ellos.
Te siento conmigo, respiro a tu lado.
Tu olor es mi aroma; tu espina, mi llanto,
Tu lucha, mi fuerza; tu dolor, mi fracaso.
Dormito en tu tiempo, presente y pasado,
sintiendo un futuro que nace agotado.
Ausente de un mundo que te ha traicionado
Y grito en medio de ese amanecer
¡DERECHOS HUMANOS!
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