¡Qué lucha en la indiferencia!
¡Qué miedo ser esculpida,
por corazones de piedra!
Se desgarra el viento
en medio de la tempestad.
Quiere rugir el silencio
cuando me ve naufragar.
Muñecas de porcelana,
vestidos de seda añeja;
sultanes de la mañana,
dormidos en su tristeza.
Fondos de lechos perdidos,
clamores de libertad;
cadenas de hombres sometidos,
por el miedo a despertar
Cumbres que nunca se alcanzan.
Tiempos que nunca se van.
Miedo al duelo de perderse
sin encontrarse jamás
Desdicha envuelta en la sombra
de una sonrisa sin par
Sonrisa de cartón piedra,
hija de la soledad
Desnudos ojos. Desnudos.
Amantes de las vestiduras,
fueron creando unos muros
y haciendo más ataduras.
Si el hombre quiere ser eso:
miedo a ser lo que nació,
yo quiero seguir sintiendo
siendo solo la que soy.
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