Ya lo he escrito más de una vez. Fue un error programar la llamada "ley de dependencia" sin una memoria económica rigurosa, pensando que el ciclo económico álgido duraría otra década más, e infraestimando el número de solicitudes. El resultado directo es que existen varios cientos de miles de personas en España a espera de dictamen sobre su dependencia o con derecho ya reconocido, pero pendiente de ejecución; y que la modalidad de prestación económica que contemplaba la ley ha pasado a ser la modalidad de atención dominante: le cuesta casi tres veces menos a la administración que las plazas de residencia y permite mantener flujos de ingresos en hogares con sus miembros en paro o que se les ha acabado el subsidio de paro. Los datos para Galicia se enmarcan en esta descripción general. Somos algo más lentos que la media en la generación de dictámenes, pero no en su traducción en prestaciones.
Como se podrá entender, la promulgación de esta Ley de la Dependencia, electoralista del pasado gobierno, no solo ha generado un gran trastorno al mundo de la dependencia, sino que un partido como el Partido imPopular, se encontró que al no estar convenientemente enclavada dicha ley sobre unas bases firmes de cumplimiento éste, el actual ejecutivo que preside Mariano Rajoy, se ha decantado y pese a llegar a firmar, en su día, la misma, bueno desde los comienzos de su mandato la ha utilizado, 1º como un arma arrojadiza a los pies de su principal qdversario, y 2º, boicoteando su aplicación que de haberlo hecho correctamente y como en un principio la firmó, podría haber generado mucho más empleos y una lógica satisfacción entre sus perceptores, amén de una economía reconocida por los más prestigiosos economistas del estado, pero no, tenía que utilizarla como ya les dije que lo han materializado en sus respectivas concepciones.
Si nos fijamos un poco observaremos que se han dedicado a desmontar lo poco de bueno que teníamos logrado con todo nuestro común esfuerzo y se ha dedicado a dilapidar nuestro patrimonio, sin olvidarse de sumergirnos en la más extremada pobreza a todo el pueblo, en general, siendo salvados de esta barbaridad únicamente las clases más poderosas del país, así como la banca, el clero que tanto predica con el ejemplo de los demás pero no con el suyo propio y naturalmente de su propio sabotaje, por medio de las corruptelas de sus miembros más destacados dentro y fuera de las arcas españolas.
Para este viaje no se necesitaban estas alforjas.
No tenemos más que fijarnos en los cientos de titulares que cada día jalonan los medios de comunicación, ya sean escritos, hablados o reflejados en imágenes que nos dan las diferentes televisiones, eso si privadas, ya que las cadenas publicas las han desprovisto lentamente de sus mejores críticos y por tal motivo hemos de buscarlas en las de capital privado que, todavía y al parecer, no las llegan controlar, al menos que yo sepa, pero en fin, ese camino ya creo que lo han intentado censurar. Vean los artículos de "20minutos" que en una sola página enlazan a diversas noticias del mundo de la dependencia y discapacidad a la que nos referimos. Lo mismo ocurre si entramos en las siguientes noticias que nos traen en numerosos artículos, esta vez será en El País donde vengan. Finalmente este nos pone un poco más crudas las previsones ¿para este año?... Si el año 2014 para el colectivo de la dependencia, principalmente, va a resultar malo, el siguiente, es decir el 2.015 todavía se preve peor.
EL CRUCE DE DATOS ENTRE ADMINISTRACIONES REFLEJA CARENCIAS
El Tribunal de Cuentas 'saca los colores' al Sistema de Atención a la Dependencia
Un informe de la institución que recientemente ha sido utilizado por el Gobierno para hablar del caos del sistema, pone de manifiesto varios puntos débiles de una estructura necesaria para atención a las personas dependientes. Los resultados que publica el Observatorio Estatal para la Dependencia sobre 2012 hablan no solo de un retroceso sino de una derogación encubierta de la Ley de Dependencia y de un falseamiento de los datos. La nueva reforma de la Ley de Bases de Régimen Local puede acabar con la base de este derecho adquirido.
La pasada semana el Observatorio Estatal para la Dependenciapresentaba en Madrid la valoración de los últimos seis meses de aplicación de la Ley 39/2006, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. Según los datos con que cuentan, se ha pasado a una fase no ya de estancamiento, sino de involución y demolición en lo que a estas personas y sus familias se refiere, especialmente tras la aplicación de las medidas del Gobierno de Mariano Rajoy. Sin embargo, un informe del Tribunal de Cuentas pone de manifiesto que ya existían problemas en la etapa anterior.
Desgraciadamente la variedad de noticias relacionadas con el colectivo de la dependencia de estos últimos tiempos, no resulta nada halagüeño tal es así que ni hasta ellos mismos se aguantan y generan alguna que otra protesta entre los alcaldes y demás líderes de su partido que les reprueban su desmedida actuación en varios frentes, como por ejemplo la ley del aborto de Ruíz-Gallardón que incluso de la UE han conseguido una llamada de atención, pues se trata de una ley que no hace más que retrogradarnos en el pasado. Tampoco ha merecido su aprobación el comportamiento que han tenido con la llamada LEY DE DEPENDENCIA.
Ya solamente nos falta esperar el declive del actual gobierno español que, seguramente, no ha de tardar. ¡Al tiempo!
Incuestionablemente nos encontramos tan hastiados todos que no podemos estar en más desacuerdo con un sistema que nos defrauda. Este es un análisis que hacemos una vez que, por lo general, los políticos españoles están comprometidos con el devenir de las cosas, para nada se tiene en cuenta la situación que ello genera a un pueblo ahogado por sus comportamientos en donde inmersos en una generalizada corrupción de unos y de otros, y también de quienes eso mismo consienten en un parlamento que se autodenomina democrático, permiten que el fraude se extienda cada vez más. Lean este artículo y piensen todos en sus conclusiones.
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