Por César Giménez
Estas palabras más o menos fueron escritas desde el propio Ministerio de Educación. Y tienen toda la lógica del mundo. Miembros del congreso de prácticamente todas las fuerzas políticas del país también han mostrado su preocupación y solidaridad con las madres de las criaturas discriminadas por su diversidad funcional, pero estamos como siempre: las competencias en el ámbito educativo ya no pertenecen a la Administración Central, sino que han sido transferidas a las diferentes comunidades autónomas. Ya mostraba yo mis reticencias ante un 'pacto' de esta naturaleza. El disparo atinó en la diana, pero ésta no era la correspondiente.
Ojalá me equivoque como suele pasar, pero una batalla emprendida por el reconocimiento y aplicación tangible de un derecho fundamental y que ha generado bastante movimiento, corre el serio peligro de convertirse en arma arrojadiza de la oposición en la comunidad autonómica gobernada por el partido contrario y, mientras tanto, la necesaria inclusión en el aula de los niños con necesidades educativas especiales, a esperar mejor ocasión; otra generación arrinconada, ninguneada porque cinco mujeres nunca serán capaces de enfrentarse a toda una maquinaria estatal y autonómica vuelta contra ellas y sus chiquitines.
A menos que los partidos se olviden de partidismos y abandonen en sus casas el zurrón lleno de piedras, este pacto no servirá. Como a nivel nacional no se presione todavía más para que 'quien corresponda' se ponga las pilas y les pegue un tirón de orejas a los mandatarios autonómicos, nos encontramos ante otro trozo de papel mojado.
Una forma de ejercer presión es escribir a miembros de congreso y senado, a contactos y medios de comunicación, todo para que la firma se haga con la premisa de la inclusión de las personas con diversidad funcional.
Otra manera de remediar el nuevo entuerto es reforzar esta idea leyendo lo que esas madres de armas tomar solicitan y, si se está de acuerdo con ello, firmar. Todo viene en la página http://www.efirmas.com/2488871/index.html.
Un tercer modo de actuar supone que cada persona escriba a quien corresponda en donde corresponda para no convertir esto en otro mareante juego de 'tira la bola' hasta que se cansen. Evitaremos así idas y venidas inútiles y desesperantes.
Si alguien me pregunta el motivo por el que muestro algún interés en el tema no dudaría un segundo al responder que me mueve el más puro egoísmo. No quiero que mis sobrinos ni los hijos de mis amigos discriminen ni sean discriminados como se hace hoy, y es claro que todo empieza en la escuela. Si no hay educación inclusiva, mal camino llevamos. Eso no es educación ni en pintura.
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