En su opinión, el edificio “Veles e Vents” es una prueba palpable de que, las direcciones de obra y los técnicos que conceden las licencias, se pasan por el culo la ley de accesibilidad y todo lo que concierne a los «cascaos».
Los acabados no los firmarían ni Pepe Gotera y Otilio, y en cambio a su diseñador le dieron un premio de arquitectura por el proyecto del edificio. Lo que se dice de este obra tan singular vale para multitud de realizaciones urbanísticas en las que, los responsables de las áreas de supervisión, probablemente miran para otro lado.
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