El 92% de los discapacitados no puede moverse por su municipio
BARCELONA-
«¡Basta de cadenas! Más autonomía personal y menos barreras». Así se manifestaron ayer en la plaza Universitat de Barcelona centenares de personas con discapacidad para reclamar su derecho a gozar de su autonomía personal y conseguir su plena inclusión social. Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra el 3 de diciembre, unas 350 personas convocadas por la federación Ecom crearon ayer una cadena humana para denunciar las barreras arquitectónicas, sociales o económicas con las que se encuentra. «Un 92 por ciento de las personas con discapacidad no se puede mover por su ciudad», denunció ayer la presidenta de Ecom, María José Vázquez. «A pesar que Barcelona está muy avanzada, el modelo de la capital catalana debe ampliarse a todo el territorio catalán», reclamó la presidenta de esta entidad que reúne a 165 asociaciones. «Y es que mientras la Ley de accesibilidad está en proceso de modificación, no podemos permitir que una persona no pueda moverse con libertad», añadió Vázquez. El asistente personal es clave En la fiesta reivindicativa, las personas con discapacidad física o psíquica leyeron un manifiesto en el que pidieron el compromiso de las administraciones públicas de desarrollar la figura del asistente personal que contempla la ley de la dependencia. «La figura del asistente personal es esencial y si no se desarrolla los discapacitados no podemos ser autónomos», explicó. «La Ley de la dependencia es importante porque nos da derechos pero debe desarrollarse e implementarse para que podamos ejercer esos derechos», argumentó. «La voluntad política existe pero los recursos faltan. Y es que legislar sin presupuesto no sirve de nada», lamentó la gerente de Ecom, Anna Collado. La financiación es otro de los grandes déficits con los que se encuentran muchas entidades de discapacitados. «Es importante que las entidades que prestan servicios tengan los recursos adecuados y ahora estamos en una situación delicada ya que algunas de ellas han dejado de recibir ayudas», remarcó Vázquez. Otro de los principales escollos de este colectivo, que representa el 10 por ciento de la población, son las «barreras sociales, más invisibles», consideró Collado. «La sociedad aún no entiende que un discapacitado puede realizar perfectamente un trabajo», explicó. «Nadie cumple la ley que dictamina que una empresa con más de 50 trabajadores debe tener un 2 por ciento de empleados discapacitados, ni si quiera la hace la porpia administración», denunció la gerente. «Aunque se ha mejorado en muchas cosas gracias a la presión de las asociaciones de familiares, aún queda mucho por hacer», concluyó.
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