400 personas reivindican en Valencia los derechos de los discapacitados
Las calles de Valencia fueron tomadas ayer por una manifestación singular. Centenares de sillas de ruedas sustituyeron el habitual tráfico de vehículos del centro de la ciudad con motivo de una marcha convocada por el Foro de Vida Independiente, cuyo objetivo es reivindicar los derechos de las personas discapacitadas.
Cerca de 400 participantes, medio millar según la organización, se desplazaron desde la plaza del Ayuntamiento hasta la de la Virgen. Entre ellos estaban Ismael, Piedad, Paqui, Pilar, Eva o Yaiza, cada uno aquejado de una discapacidad diferente pero con un mismo sentimiento: evitar discriminaciones, barreras arquitectónicas, favorecer su autonomía o recibir las ayudas prometidas en la Ley de Dependencia.
ismael llorens
Vecino de Godella
Ismael ejerció ayer el papel de portavoz de la convocatoria. Durante la marcha explica que el principal motivo de la concentración es el de "hacer saber que existimos. Las personas con diversidad funcional tenemos derechos humanos reconocidos por la ONU, es decir, de obligado cumplimiento. Queremos vivir nuestras vidas con independencia", señala. Ismael relata una paradójica situación que ha vivido en sus propias carnes. "El Estado acepta pagarme 3.000 euros para ocupar una plaza en una residencia pero no me da mil para tener un asistente personal", apunta. Tiene un grado de dependencia máxima. "Necesito ayuda para todo. Para levantarme, para vestirme, para desayunar o incluso para llevarme un vaso a la boca. A lo largo de todo el día necesito ayuda continua".
A su juicio, lo que debería hacer la Administración es fomentar la figura del asistente personal, "que no es un mayordomo", precisa. Actualmente, dice, el trabajo que realizan estos profesionales suele ser esporádico, como acompañar al trabajo o a las clases. "Así nunca puedes ser independiente", sentencia.
piedad lópez
Vecina de Valencia
Destaca que su "fuerte carácter" le ha evitado discriminaciones a lo largo de su vida. En su caso, la polio le ha limitado a una silla de ruedas, con la que se desempeña bastante bien, según explica. Eso sí, tiene numerosas reivindicaciones. Odia los vehículos aparcados que obstaculizan rampas. "Si lo hacen, se queda en una falta leve y tienes que buscar una rampa de garaje para llegar a la acera. Hay gente que lo hace sin darse cuenta, pero otros actúan con mala fe", señala, utilizando una expresión mucho más crítica.
yaiza díaz
Vecina de Valencia
Yaiza tiene 16 años "y se ríe muchísimo, es muy agradecida, le encanta su hermano mayor y subir al autobús para ir al cole", en palabras de su madre. Sufre el Síndrome de Aicardi y el de West, que la tienen postrada en una silla de ruedas. Le han causado una malformación cerebral y episodios de convulsiones. "Por sí misma no puede hacer nada", señala su progenitora. "Llevo 16 años con ella y sé cuando necesita algo", añade. Cuando quiso que su hija tomara la comunión, se encontró con un rechazo que difícilmente olvidará. "El cura me dijo que para qué quería que tomara la comunión. Al final la recibió. Le dije que iría a otro sacerdote o incluso al Arzobispado", sentencia.
eva rubio
Vecina de ValenciaEva padece Síndrome de Down, aunque se desenvuelve bien, según su madre, también presente en la marcha. "Dentro de lo malo, toco el cielo con los dedos", explica en relación a la difícil situación que padecen muchos de los participantes. "No pude escolarizarla hasta los nueve años", responde preguntada sobre si ha notado alguna discriminación hacia su pequeña.
floren villanueva
Vecina de Valencia
Tiene 68 años, es invidente y vive en una residencia que es como "una casa". Ha solicitado las ayudas de la Ley de Dependencia, aunque desconoce si las conseguirá. "No necesitamos promesas ni una Ley que no se cumple punto por punto. Necesitamos vivir el presente, de nada nos sirven promesas de futuro", sentencia al final de la marcha.
Fuente: Las Provincias.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario