Marchas por la visibilidad de la
Diversidad Funcional
Plaza Ayuntamiento de Valencia, por c/ San Vicente, Plaza de la Reina, c/ Miguelete a Plaza de la Virgen.
Se suele creer, en general, que una mujer en silla de ruedas es una discapacitada porque, por ejemplo, no puede subir una escalera... Igual no nos detuvimos a pensar que quizá el problema sea la escalera y la solución una simple rampa accesible.
Se suele creer, en general, que un chaval autista es un ser hermético que no se comunica... Igual no nos detuvimos a pensar que quizá la limitación proceda de la parte incapaz de entenderle.
Se suele creer, en general, que una persona mayor ya no sirve para nada... Igual no nos detuvimos a pensar que son ellos quienes con su sabiduría nos pueden enseñar.
Se suele creer, en general, que a una persona sorda no le interesa el cine o la televisión... Igual no nos detuvimos a pensar que sólo harían falta unos subtítulos.
Se suele creer, en general, que una madre ha de posibilitar con sus solas fuerzas el acceso al mundo de su hijo con parálisis cerebral... Igual no nos detuvimos a pensar que esa sólo puede ser una labor social.
Pero la realidad es, más bien, que no hay gente discapacitada, sino sociedades inaccesibles a la diversidad; que todas las personas aportan a la riqueza de lo común y todas las diferencias provienen de seres humanos iguales en dignidad y valor; que tu barrio, tu ciudad, que el mundo es de todos y todas; que no hay gente que valga más que otra; que la riqueza está en la diversidad; que el centro de la vida es desarrollar la potencialidad de todos los seres humanos y no engrosar los beneficios de unos seres humanos pocos...
Entonces vente con tu diversidad, con tu silla, con su bipolaridad, con tu abuela con su alzheimer, con su síndrome de down, con tu autismo, con su sordera, con tu ceguera... a gritar por un mundo accesible para todos, por un mundo de diversos, por un mundo de iguales…
Derechos Humanos ¡YA!
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