"Si hubiera sabido que me quedaba en la calle no me dejo hacer nada en las manos"
Alba Lucía Cardona, la primera mujer del mundo que se sometió en el hospital La Fe de Valencia a un trasplante bilateral de manos que realizó el cirujano Pedro Cavadas, manifestó ayer con las maletas en la puerta de la vivienda y sin tener dónde ir, ya que no ha podido encontrar piso ni trabajo (percibe una pensión de 432 euros al mes): «Si hubiera sabido que esta situación se me iba a presentar, no me dejo hacer nada.»
Pilar G. del Burgo, Valencia
"Si hubiera sabido que esta situación se me iba a presentar, no me dejo hacer nada en las manos". Con esta frase de amargura y abatimiento describía ayer Alba Lucía Cardona -la primera mujer del mundo que se ha sometido a un trasplante bilateral de manos- el futuro incierto y los duros momentos a los que se enfrenta al tener que dejar el piso que ha ocupado durante 19 meses y no tener sitio adonde ir ni donde llevar las cajas con sus enseres y objetos personales.
Desde que abandonó el hospital La Fe, esta mujer colombiana ha vivido en un piso cedido por la Fundación Cavadas. El 30 de mayo se le acabó el plazo y a petición suya le prorrogaron la estancia otro mes más, un tiempo que Alba Lucía ha aprovechado para buscar una vivienda de alquiler y un trabajo de lo que fuera. Pero sus esfuerzos no han dado resultado porque la situación en la que se encuentra es como la de la pescadilla que se muerde la cola.
Los pisos que podría pagar no puede alquilarlos porque las inmobiliarias le exigen una nómina o un aval de los que no dispone.
A última hora de la mañana de ayer, Alba Lucía rompió a llorar desesperada. Acababa de hablar con la Fundación de Cavadas para pedir un aplazamiento del desalojo de la vivienda y al plantear su situación y contar que se quedaba en la calle, lo que escuchó fue: "Eso es problema tuyo".
"Me han recordado que ya me habían dado un plazo extra y es cierto, pero si no he encontrado nada, ¿qué puedo hacer? ¿Me quedo en la calle? He preguntado y entonces es cuando me han dicho que ese era mi problema". "Todo lo que hacen con la mano lo borran con el codo", agregó Alba, que ayer se encontraba sola en su casa, sin conseller alguno que se ofreciera, en esta ocasión, a llevarle las maletas.
Pilar G. del Burgo, Valencia
"Si hubiera sabido que esta situación se me iba a presentar, no me dejo hacer nada en las manos". Con esta frase de amargura y abatimiento describía ayer Alba Lucía Cardona -la primera mujer del mundo que se ha sometido a un trasplante bilateral de manos- el futuro incierto y los duros momentos a los que se enfrenta al tener que dejar el piso que ha ocupado durante 19 meses y no tener sitio adonde ir ni donde llevar las cajas con sus enseres y objetos personales.
Desde que abandonó el hospital La Fe, esta mujer colombiana ha vivido en un piso cedido por la Fundación Cavadas. El 30 de mayo se le acabó el plazo y a petición suya le prorrogaron la estancia otro mes más, un tiempo que Alba Lucía ha aprovechado para buscar una vivienda de alquiler y un trabajo de lo que fuera. Pero sus esfuerzos no han dado resultado porque la situación en la que se encuentra es como la de la pescadilla que se muerde la cola.
Los pisos que podría pagar no puede alquilarlos porque las inmobiliarias le exigen una nómina o un aval de los que no dispone.
A última hora de la mañana de ayer, Alba Lucía rompió a llorar desesperada. Acababa de hablar con la Fundación de Cavadas para pedir un aplazamiento del desalojo de la vivienda y al plantear su situación y contar que se quedaba en la calle, lo que escuchó fue: "Eso es problema tuyo".
"Me han recordado que ya me habían dado un plazo extra y es cierto, pero si no he encontrado nada, ¿qué puedo hacer? ¿Me quedo en la calle? He preguntado y entonces es cuando me han dicho que ese era mi problema". "Todo lo que hacen con la mano lo borran con el codo", agregó Alba, que ayer se encontraba sola en su casa, sin conseller alguno que se ofreciera, en esta ocasión, a llevarle las maletas.
2 comentarios:
I like this blog. for real!
berto xxx
Zenquiu very mach.
Lamento mi mal comportamiento con el inglés, pero agradezco tus bellas palabras. Gracias.
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