RELACIÓN ENTRE IGUALES
Inma Cardona
Cualquiera que conozca un poco del autismo, sabe que las relaciones con iguales son muy complejas. Normalmente los niños pequeños con autismo empiezan a comunicar con sus padres o con los terapéutas que trabajan, suelen ignorar a los niños de su alrededor, centrando las demandas en los adultos. Quizá los niños pequeños sean menos previsibles, quizá sean más inquietos, quizá no les proporcionen lo que necesitan, puede haber muchas causas que influyan en que esta relación les resulte tan compleja. Sin embargo los niños con autismo evolucionan lo mismo que cualquier otro niño con o sin diversidad, cada uno a su ritmo pero la evolución existe. En el caso de Miguel, le costó muchísimo relacionarse con otros niños, para él no eran relevantes, o los utilizaba como mediadores para conseguir algo o directamente los ignoraba. La única excepción era su hermano Roberto como ya he comentado. Durante el ciclo de infantil, pasó 4 cursos con los mismos niños, ya que empezaron con 2 años, sin embargo no se aprendió ningún nombre y sus relaciones eran más instrumentales que personales, a pesar de que estos niños siempre aceptaron a Miguel, le ayudaban y se relacionaban con él. Sus relaciones se basaban en cogerles algún juego que él quería, aunque si le mostraban oposición se retiraba rapidamente, le gustaba jugar a correr en el patio, le tocaba en el brazo a cualquier niño y echaba a correr para que lo persiguieran, cuando quería ir al aseo cogía a un niño de la mano para que lo acompañara, ... Tampoco se relacionaba con sus primos, no conocía el nombre de ninguno de ellos a pesar de que lo repetimos un montón de veces. Sus relaciones también eran instrumentales y si Roberto estaba con Miguel y sus primos entraban en el juego, Miguel se retiraba, no los rechazaba, simplemente los ignoraba.
Con 6 años Miguel cambió de colegio, por tanto también cambiaron sus profesionales de referencia. A los nuevos les importó mucho sus dificultades a nivel social y se hizo una intervención específica sobre la relación con sus compañeros. Por otra parte Miguel a partir de los 5 años, cuando su nivel de comprensión fue un poco mayor, se interesaba por más cosas que en epocas anteriores, se le daban mejor en general los aprendizajes, hubo un proceso madurativo que ayudó a que fuera integrando su entorno, en resumen confluyeron diferentes factores que favorecieron su evolución. Durante este curso se trabajó con fotos, con actividades diarias que implicaban relaciones sociales como realizar recados del tipo, "dale a ... un lápiz", "siéntate con..." lo que se consiguió fue que Miguel se aprendiera los nombres de los niños de la clase, fue un gran paso, por fín empezaba a comprender que "esos" que pululaban a su alrededor tenían nombre, era un principio para reconocerles entidad propia a cada niño, aunque seguía careciendo de relaciones personales creo que fue una parte muy importante del proceso. A nivel familiar aún no conocía el nombre de los primos, también lo trabajamos con fotos, pero la frecuencia con la que los veía creo que fue uno de los factores que influyeron. A sus compañeros los veía todos los días, pero a sus primos no los veía todas las semanas, porque vivimos a cierta distancia, o porque las edades son diferentes y los intereses no son los mismos... La cuestión es que a nivel familiar fue un poco más largo en el tiempo.
Durante el curso siguiente, hubo un nuevo cambio en la escolarización de Miguel, pasó a formar parte de un nuevo proyecto, las aulas CyL, aulas de Comunicación y Lenguaje, pensadas para niños con autismo, TGD (trastorno generalizado del desarrollo) o TEL (trastorno específico del lenguaje). Estas aulas funcionan coordinadas con las aulas ordinarias, así que Miguel pasaba a su aula del curso anterior el 40% de la jornada, y el resto del tiempo el 60% lo pasaba en el aula CyL. Así conoció a nuevos compañeros, con estos últimos todos los días pasaban lista, en total eran 5 niños lo que favorecía el aprendizaje de los nombres de los niños y muchas otras cosas en las que ya entraré más adelante. Durante ese curso a nivel social con los compañeros no hubieron grandes cambios, conocía el nombre de los compañeros, pero no los solía usar si no era a petición de los adultos. A nivel familiar dió el salto, aprendió el nombre de los abuelos, el de los primos más cercanos, el de las tías y los tíos, incluso pedía ir a casa de la tía..., también decía " a jugar con..." lo cual llenó de satisfacción a todos, aunque la más contenta era yo, no sólo porque los nombrara si no porque eso suponía que ya formaban parte de su vida, aumentaba su autodeterminación al poder pedir ir con los abuelos, era un paso cualitativo en la vida de Miguel. Además también aumentó sus intereses sociales hacia otros niños, hijos de amigas mías, en principio este interés no era muy personal, Miguel había comprendido que cuando íbamos con ellos hacíamos cosas muy divertidas, ir a Mc Donalds, al monte de excursión, a su chalet... Así que el fin de semana pedía ir con ellos, en principio cuando los veía se alegraba pero sobre todo porque sabía que la actividad le iba a gustar. Pienso que no es un mal principio y que es una base peculiar para iniciar una relación muy en el estilo de Miguel, en su manera de aprender las cosas, seguro que con el tiempo esta relación crecerá.
Este último curso que Miguel empezó con 8 años, ha pasado algo a nivel social para mi revolucionario, Miguel ha hecho su primer amigo. Elegido por él y sin coacciones por parte de los adultos. Hasta ahora sus amigos eran los hijos de mis amigas, los amigos de sus hermanos, sus compañeros de clase, más o menos los que estaban a su alrededor, pero éste curso demostró interés personal por un niño de su clase, al que buscaba de manera espontánea, con el que jugaba mucho, este niño sólo iba al colegio 4 días a la semana, los viernes Miguel decía "... está en su casa, Miguel está triste" y los maestros me decían que no sólo lo decía si no que así era como realmente se sentía, que los viernes que no estaba su amigo, Miguel se mostraba menos contento, más apático y que lo nombraba mucho. He de decir que esta amistad fue mutua, el otro niño conectó muy bien con Miguel. Iniciaron su relación a base de juegos motores, rodando por el suelo, corriendo, y poco a poco encontraron esa afinidad. Creo que en la vida de Miguel ha sido muy importante, pienso que aunque a nosotros nos quiere mucho no nos ha elegido, la familia es la que te toca no la que eliges, pero la amistad depende exclusivamente de uno. Además es un paso hacia adelante en todos los sentidos, es demostrarle al mundo que ser autista no significa estar aislado en su mundo, como popularmente se entiende, es otra manera de funcionar, otra forma de ver las cosas, con unas necesidades diferentes. En el caso de Miguel ha hecho un amigo, habrá muchos niños con autismo que no tengan amigos, pero no debemos poner límites a sus mentes ni a las nuestras, no se puede condenar a los niños a ser fracasados sociales, como he leido alguna vez. Quizá el hecho de que Miguel tenga un amigo es más importante para mi que para él, por mi forma de pensar, para él igual es simplemente alguien con quien está a gusto, sin darle máyor importancia.