La Marcha Naranja: Una esperanza para la discapacidad
Por VÍCTOR VILLAR EPIFANIO
Salvo la honrosa excepción de la CNSE (Conferación Estatal de Personas Sordas), el resto de organizaciones oficiales y algunas extraoficiales de personas con discapacidad no apoyan la Marcha Naranja, ni la movilización general del 15 de septiembre. Solamente, la CNSE y las Plataformas de Apoyo a la Ley de Dependencia tienen el valor de apoyar estas movilizaciones. ¿Casualidad?, creo que no. Veamos los posibles motivos.
Empecemos por las grandes Plataformas oficiales agrupadas en el CERMI. A pesar de los brutales recortes que está sufriendo, el CERMI apenas se atreve a levantar la voz tímidamente en ocasiones puntuales. Es este caso, la motivación principal es clara: no morder la mano que te da de comer. Pero, según ha podido averiguar un servidor, hay otra razón, adaptarse a las peticiones políticas. Se está cerrando el grifo y el CERMI, para frenar la caída prefiere negociar la cantidad y el destino de las subvenciones, con muy poco margen de negociación. Parece ser, por cierto, como es lógico en la mentalidad neoliberal de este Gobierno, que el destino de las subvenciones se quiere que sea el empleo, dejando los servicios a empresas privadas que también pueden ser las propias asociaciones reconvertidas en empresas, como ya dije en una columna anterior.
Por supuesto, en el caso de las organizaciones que están dentro del CERMI y tienen alguna vinculación con el PP, a esto, se le añade un componente ideológico. Uno no se manifiesta contra uno mismo y sus compañeros. Es mejor dedicarse a otros menesteres menos comprometidos como un buen chico.
Vamos ahora con la organización no legalizada, de cuyo nombre no quiero acordarme y la asociación que las sustituye. Ellos nunca creyeron en las políticas sociales y mucho menos en la Ley de Dependencia. Coherentemente, no apoyan la Marcha Naranja. Me sorprendería lo contrario, la verdad.
En cuanto a la ONCE, la razón es evidente, no hablamos de una organización social, sino más bien empresarial. No está para luchas sociopolíticas.
En medio de este panorama, surge un grupo de personas con discapacidad, dependientes y sus familiares que dicen basta. Basta de recortes sociales, de desprotección y de minar el Estado del Bienestar. Sin excusas, sin clientelismos y sin negociaciones para evitar un mal mayor. Simplemente, basta.
Por supuesto, yo estaré con estas últimas personas. Con las que tienen problemas mayores que no poder pagar un taxi con tarjeta, con quienes no se van a Londres dejando que miles de personas pasen necesidades, con quienes no tienen estructuras que mantener, con quienes no tienen mentalidad empresarial. En fin, como diría mi abuela, yo estoy con quien me necesita.
Por otro lado, espero que esta Marea Naranja se pueda plasmar en algo más continuado. Eso, junto al espíritu luchador de las personas sordas puede ser la esperanza del asociacionismo en este país.
Aprovecho para deciros que os esperamos el día 15, a las 10:30h, en el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales. Juntos y juntas, podemos.
Fuente: Diario Progresista
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