Pedacitos de momentos olvidados,
de aquellos tiempos pasajeros,
que acabaron convirtiendo nuestro espacio
en espacios de silencio.
Recordando tus palabras
mi añoranza se hace un hueco.
Compañero que regresas nuevamente
Ya te siento.
Almas gemelas, corazones plenos
repletos de alegrías y amarguras
siempre cargados de recuerdos.
Caminantes de una vida sin más camino
que el que va marcando el tiempo.
Te he sentido en estos meses y tan dentro
que no hay formas, ni palabras,
ni colores con que verlo.
Te aparté justo en el centro de mi cielo.
Me introduje en la esperanza de tu sueño.
Te empujaba hacia adelante y sin saberlo
compartía hasta el latido de tus miedos.
TE he llorado en los rincones del silencio.
Me he reído a cielo abierto tus progresos.
Amigo, padre, hermano, compañero,
Imparable Teuladí de inmenso cielo,
fuerte y frágil como el viento,
sé que vuelves y te espero.
(Mª Ángeles Sierra Hoyos)
(Dedicado a mi siempre buen amigo y maestro Enrique Rubio)
2 comentarios:
Preciosas palabras que sólo las puede crear el cariño, que sólo las puede parar la presencia de la mirada serena cuando lo tengas enfrente de tu paciente espera.
Será el momento del abrazo y del echarle en cara que, se dice, se cuenta que hubo un tiempo, un momento en que discutió con el todo, que converso con la nada y finalmente no dispuesto, ni entregado, ni abatido ganó la batalla, para volver a sus antes, a su pasado presente; ese al que se aferra con tanto ahinco, porque sabe que hay gente muy próxima que le espera, que le quiere que le adora... menudo "sinvergüenza", abuelo reciclado a maestro de sus nietos, de sus amigos y admirados contertulios profanos.
(Para tí, María, cómplice y amiga. Por ende para Enrique, el que seguro viene con sabidurias renovadas por ese tercer nieto, por esa batalla ganada).
No cabe la menor duda de tu magnificencia está sobrepasada, te olvidas que tu me has servido para infundir ánimo a mi existencia, y que he soportado mejor la lucha con tu presencia, a lo mejoro es que los dos hemos recibido lo máximo por nuestra amistad sincera, como la que observo que otros amigos comunes me tienen sobredimensionado. No hay que sobredimensionar las cosas, que no soy más allá de un mortal que solo aspira a ser merecedor del respeto y aprecio de quienes le rodean día a día, no sería nada sin vuestro aprecio, que también os profeso a ambos, a ti Ma.Ágeles, que me has regalado una bonita poesía llena de amor, y a ti Vagabundo que regalas una bonita dedicación.
¡gracias a los dos!
Muchísimas gracias.
Teuladí
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