Coronas de espinas, sí.
Coronas de espinas en vez de respuestas.
Dictados, silencios, tensiones.
Personas que juzgan sus propias promesas.
Personas que incumplen palabras
Y a ti que has cumplido se te hace la guerra.
Mentiras furtivas, verdades a medias
Se imponen patrones, que luego son mierda.
Siempre gana un perdedor
Siempre pierde aquel que llega.
La sabia de tus raíces,
escupe agotada ante tanta miseria.
Cientos son, ya van por miles,
Mañana serán millones
Y el hombre no se despierta
Unos nacen para esclavos,
Otros nacieron profetas
Muchos nacieron tiranos
Porque otros no nacen si quiera.
Coronas de espinas, sí
Coronas de espinas, en vez de respuestas.
Mª Ángeles Sierra
Publicado en los blogs el 16 de septiembre de 2008.
Suelo decir que para mí un poema es como disponer en un momento determinado de la capacidad y necesidad de elaborar con palabras de manera rítmica, ingeniosa y bella, la instantánea de un sentimiento. Si pasado un tiempo y tras leerle eres capaz de sentir que a tu alrededor hay una realidad, una persona, o un grupo, con el que poder identificar ese poema, entonces pienso que escribirlo mereció doblemente la pena.
Hoy siento que este poema puede ser tan de mi vagabundo tras la libertad amigo Manuel Rodriguez, como lo fue mío en su momento, por las injustas coronas de espinas que a él, a su hija Silvia y a su hijo Daniel un entorno mezquino y despiadado desde hace tanto tiempo les vienen poniendo. Por eso en el día de hoy quiero dedicárselo a él y con toda mi gratitud porque me ha demostrado y me está demostrando ser una auténtica PERSONA de los pies a la cabeza, lo que significa recibir una lección humana de él que no tiene precio.
Con todo mi cariño y admiración va para ti amigo y compañero.
1 comentario:
Como bien dices, mereció la pena crear tan bello poema, María, y me identifico con ese noble gesto, aunque también es cierto que me produce cierto pudor sentirme referido, sabiendo que fue escrito en un septiembre ampliamente pasado, aunque dedicado a mí en estos días.
Espero como poco no defraudarte a ti y a algunas contadas personas que aún siguen confiando y creyendo en mí y en esa lucha desigual que mantengo con posturas tan cínicas y míseras relacionadas con las instituciones hartamente referenciadas; con ese Goliath extremeño.
Lo dicho, gracias María. Un sentido abrazo.
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