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Pascual Serrano, periodista y activista: "Hay que seguir informándose en los medios alternativos"
"El divorcio entre la realidad y lo que llega a los medios es abismal"
Pascual Serrano, periodista y activista. (Foto: Baserri bizia).
El escritor y periodista Pascual Serrano ha sido asesor editorial de la cadena latinoamericana TeleSur y colabora en Le Monde Diplomatique, además de cofundador de Rebelión. Su último libro, Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo (Ed. Península), lleva cinco ediciones, a pesar del apagón que suponen las cero reseñas que han publicado los grandes medios del Estado español.
-¿Cómo surge este libro sobre la manipulación en los medios?
Este libro surge después de dos años de trabajo en TeleSur, donde yo llego como director editorial con el reto, llamémoslo así, de explicar el mundo. TeleSur es un canal internacional de noticias promovido por varios países latinoamericanos. Me dí cuenta de que tanto los patrones mentales de los periodistas como lo que llegaba por agencias no servía para explicar la política internacional y entonces me dije que aquello no se parecía a lo que sucede en el mundo y además tiene muy mal arreglo. Todo eso que quise hacer en TeleSur, que era entrevistar a analistas especializados, buscar bibliografía muy especializada de determinadas cuestiones complejas, buscar fuentes originales, testimonios de primera mano, no estar sometido a presiones o intereses, todo eso lo llevé al libro y pude comprobar según avanzaba cómo el divorcio entre la realidad, según contaban los conocedores de Afganistán o de Colombia, y lo que realmente llegaba a los medios era abismal; era algo que yo ya imaginaba. Se trataba de intentar demostrar de un modo serio y riguroso esa tesis que tantas veces hemos comentado para lo cual hacía falta repasar el mundo en los últimos años, recorrer los cinco continentes y rellenar las 600 páginas.
-¿Qué herramientas recomendaría para evitar la manipulación en los medios?
Son muchas, ese sería el último capítulo del libro que se titula ¿Qué hacer? En primer lugar hay que seguir informándose en los medios alternativos, es decir medios que no estén condicionados por el dinero, por la rentabilidad o por la publicidad. Cuando estés delante de un medio de comunicación comercial debes saber quién es el dueño, eso es fundamental: saber quién está detrás para saber a qué presiones o en qué elementos puede estar condicionado. En los temas complejos creo que hay que pensar en parte en obviar los medios de comunicación que desgraciadamente no sirven para profundizar. Situaciones complejas como el conflicto palestino-israelí nunca lo vas a poder entender si te dedicas a ver la televisión o leer el periódico. En muchas situaciones tienes la sensación de que has llegado a una película empezada y nunca logras comprender nada, entonces estás todos los días viendo un capítulo pero nunca le cojes el hilo a la telenovela. ¿Conclusión? Deje usted de ver la telenovela, deje de comprar el periódico, deje de ver la televisión y búsquese un buen libro sobre ese asunto. Si usted quiere leer algo de transgénicos, no espere leerse la noticia de transgénicos en el periódico porque no va a entender nada. Es mejor buscar un buen libro de transgénicos, que te dejes recomendar por un colectivo social en el que tengas su confianza, que esté especializado, y te leas un buen libro de transgénicos. Otra recomendación es no ser nunca consumidor de un medio de comunicación que tú no hayas elegido. Existe un patrón muy habitual que es el de colocarte medios de comunicación en todos los sitios donde vas. Vas a la peluquería y hay una revista, en la consulta del médico, una revista, en la estación de metro una pantalla, te vas a la Renfe y tienes un periódico de la Renfe , subes en el avión de Iberia y tienes un periódico de Iberia. Nunca debes de aceptar eso. ¿Cómo se resuelve? Eligiendo siempre tu medio. Siempre debes de llevar tu libro o tu periódico encima. Puede parecer anecdótico o simbólico pero no es ninguna tontería. Muchas veces decimos que no tenemos tiempo para informarnos y no tenemos tiempo porque nos pasamos todo el tiempo viendo la pantalla del metro, leyendo el periódico gratuito del metro u ojeando la revista de la consulta del médico. Si ese tiempo nos dedicamos a elegir nuestro propio medio, probablemente disfrutaríamos de una mayor información fruto de nuestra elección más que de la elección de ellos. Son pequeños detalles que ayudan. Y sobre todo no querer saber lo último de lo último porque ese ritmo trepidante no te permite conocer con profundidad los asuntos. Es preferible un mensual que profundice en la situación de Bolivia, de Afgansitán, un buen documental que dure 40 minutos que analice la crisis económica.
-Uno de los aspectos que más ha seguido es el tratamiento informativo de los medios españoles hacia Cuba y Venezuela. ¿Cómo es este tratamiento y a qué se debe?
Este tratamiento que yo calificaría de satanización no es una cuestión ideológica. Yo lo resumiría con una frase de Vito Corleone que cuando mataba a alguien decía "no es nada personal, son sólo negocios". Lo que ocurre con la prensa española y el gobierno venezolano no es nada ideológico, son sólo negocios. Evidentemente entre poder controlar la electricidad, la telefonía, la distribución de aguas, la energía petrolífera, la publicación de libros por parte de grupos empresariales españoles o no poder hacerlo porque es un país soberano, donde su gobierno ha decidido que los recursos naturales son suyos, las editoriales van a ser públicas o la presencia del Estado en los sectores importantes, pues evidentemente lo que hay es un mercado que se está perdiendo y en el fondo eso es lo que les jode. Entonces debe sitiar a toda costa a su gobierno. No se le puede perdonar a Evo Morales que recupere el gas para los bolivianos. Los bolivianos deben ser pobres para darles el 0.7% de la cooperación pero no deben ser dueños de su gas. No le perdonan a Chávez que diga que el Estado quiere tener una gran presencia en los bancos para garantizar el préstamo a las pequeñas empresas y a los consumidores y no pase como en España y eso es lo que no le pueden perdonar a Chávez. Lo que no le perdonan a Cuba es que en su modelo económico partan de la necesidad de garantizar determinados derechos sociales por encima de derechos formales o que demuestren que a 80 millas de Estados Unidos se puede tener una mejor sanidad que en Miami. Ese es el motivo fundamental.
Tenemos que pensar que el periodismo alternativo no es un sitio para gritar, es un sitio para contar la verdad que no se puede contar en los grandes medios
-¿Qué balance hace de los llamados medios alternativos?
Los medios alternativos han avanzado mucho en una cosa y tienen mucho pendiente en otra. Han avanzado mucho en dejar en evidencia que el modelo dominante manipula y sirve a intereses perversos. Ha ayudado mucho a sembrar la desconfianza y la credibilidad de los grandes medios, formar espíritu crítico y desvelar las mentiras de los medios dominantes. Eso es magnífico pero no hemos sido capaces todavía de hacer un periodismo de calidad. Seguimos siendo muy militantes, en el sentido negativo del término, muy panfletarios, hacemos demasiada militancia y poco periodismo, olvidamos que tenemos que dar datos, hay que dar información, hay que dar argumentos, hay que tener rigor y hacer periodismo. No vale decir Uribe y muchas veces paramilitar para convencerte de que Uribe es paramilitar, hay que explicar cuáles son las relaciones entre el gobierno de Uribe, su ejército institucional y los grupos paramilitares. No vale con decir Bush asesino y muchas veces asesino. Hay que contar cuál es el resultado criminal de las políticas exteriores del gobierno Bush con datos y con cifras. Tenemos que pensar que el periodismo alternativo no es un sitio para gritar, es un sitio para contar la verdad que no se puede contar en los grandes medios.
-Normalmente los medios alternativos suelen ser ninguneados. Sin embargo la pasada semana la Fiscalía de Colombia criminalizaba abiertamente a Rebelión en el proceso contra un estudiante. ¿Qué opina de este asunto?
Ya ha sucedido alguna vez hace unos años. Ghandi dijo que primero te silencian, luego se burlan y después te atacan. Está bien porque ya vamos por la tercera fase. Una vez más han recurrido a ese mecanismo burdo de criminalizar a todo lo que no les guste. Resulta curioso e impresionante que le digan al estudiante que está en prisión, hay que recordar que hay una persona en prisión y que una de las acusaciones de la fiscalía es leer Rebelión, porque es un medio que publica comunicados de la guerrilla colombiana. El argumento no se sostiene porque la CNN y la Televisión Española también publican los videos de Bin Laden y no parece que a nadie se le haya ocurrido pensar que la CNN o la Televisión Española es cómplice de Al Qaeda. Cuando ETA sacó el comunicado de alto el fuego todo el mundo sacó ese comunicado porque se entendía que tenía valor informativo y no nos planteamos que con eso éramos cómplices de ETA. Es absurdo pero demuestra el enloquecimiento y la locura de criminalización, de persecución que tiene el gobierno colombiano, que también aplicó con la revista Cambio. Basta ver que el principal periódico del país es propiedad de la familia del gobierno y, por cierto, de capital español. Lo único que prueba es la impunidad con la que actúa el gobierno colombiano a la hora de encarcelar a los ciudadanos y de criminalizar a cualquier medio de comunicación. Espero, quiero imaginar, que la justicia española o los poderes políticos españoles sean conscientes de que ese es un camino absolutamente absurdo y aberrante.
- ¿Ha habido reacciones a tu libro por parte de los medios dominantes?
El otro día lo comentaba con el editor y es que resulta gracioso que no hay publicación alternativa que no lo haya reseñado, publicaciones sindicales, de colectivos, radios libres (donde voy una media de cinco entrevistas a la semana), televisiones comunitarias, mientras que el apagón por parte de los responsables de las secciones de los medios dominantes es absoluto. No tanto por algunos columnistas. Hay que reconocer que algunos columnistas desde su propia libertad y desde su propia sintonía lo han apoyado mucho. Luego, lo que ha resultado asombroso es su aceptación en las facultades de periodismo. Existen muchos profesores que son conscientes de que el modelo no está funcionando bien y que han podido ver un libro que intentaba documentar la tragedia del panorama comunicacional español y, en general, de los países de libre mercado. En la Universidad ha tenido muy buena acogida, lo cual es de agradecer y en los medios alternativos y comunitarios también. Pero, una vez más se ha demostrado, viendo que vamos por la quinta edición que tampoco pueden controlar el resultado de un libro con toda su megafonía y sus decibelios.
- Por otra parte, tampoco podía haber sido de otra manera, ¿no?
Si los grandes medios hubiesen hecho mucho caso a este libro hubieran desmentido y desautorizado la tesis. Lo único que han hecho con su silenciamiento era confirmar la tesis del libro, es decir que los medios desinforman y siguen a determinados intereses que no son los más reales.
Libro: Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo (5ª edición)
Por Pascual Serrano. Editorial Península. Madrid. Junio 2009 — Última modificación 14/04/2010. 624 páginas.
La mayoría de los ciudadanos considera que, después de leer la prensa o ver los telediarios, está informada de la actualidad internacional. Sin embargo, la realidad dista mucho de ser la imagen unívoca ofrecida por los medios. Este libro recorre los principales acontecimientos de los últimos años mostrando —mediante entrevistas con expertos, bibliografía especializada y consulta de medios alternativos— que lo sucedido no es lo que nos han contando.
Pascual Serrano, con una incisiva mirada, desentraña el funcionamiento de los grandes medios de masas para hacernos comprender que la desinformación es una constante. Lo que creemos que está sucediendo en el mundo es sólo una falsa composición al servicio de unos intereses que van, poco a poco, conformando la opinión pública. La obra, además, propone técnicas y hábitos de lectura para fomentar una nueva actitud, independiente, ante la información y promover así una ciudadanía resistente a la manipulación.
"Este nuevo libro de Pascual Serrano establece de modo definitivo, con un catálogo abrumador de hechos, datos y ejemplos, la prueba del ADN de que los medios desinforman". Ignacio Ramonet
“Brillante y necesario, este libro es una herramienta imprescindible para combatir”. Julio Anguita
“Un libro fundamental para entender el mundo”. Juan Torres (Le Monde Diplomatique)
“Un repaso a fondo a las intoxicaciones de los últimos años, que son muchas. Hace falta un libro así”. Isaac Rosa (Público)
“Un manual de supervivencia para no dejarse contar milongas: enseña cómo encontrar información y cómo aprender a valorarla”. Rafael Reig (Público)
“Pascual Serrano tiene una especialidad, detectar la trampa del poder en el lenguaje periodístico”. Sandra Russo (Página 12)
“Serrano desvela las tácticas empleadas por los medios para dirigir la opinión pública hacia conclusiones interesadas y propone pautas para una lectura más documentada y equidistante”. Pablo Chul (Ámbito Cultural)
“Este trabajo es un instrumento de largo alcance, muy eficaz, y de uso voluntario... “. Mariano Asenjo (Madrid Sindical)
“En la estela de pensadores como Ignacio Ramonet o Noam Chomsky”. A. J. R. (Público)
"... la obra de Serrano es un instrumento útil para recordarnos que nuestra tarea como lectores y espectadores no debe consistir sólo en escoger correctamente los medios a través de los cuales nos informamos, sino que debemos mantener un espíritu crítico también frente a estos". Esteban Hernández (La Vanguardia)
"Un libro de saludable interés para ir por la vida con los ojos bien abiertos". Evaristo Villar (Éxodo)
"... la principal enseñanza que nos deja Pascual Serrano con esta documentada obra es la siguiente: la información no sólo es un derecho, sino todo un deber." (solodelibros.es)
Fuente: WEB ISLAM
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