Este texto es una carta personal que voy a dejarle a mi abuelo escondido entre los muros del fuerte san cristobal...es personal pero creo que el contenido podría extenderse a todos aquellos nietos, bisnietos, hijos y familiares que sufrieron aquellos dolorosos años¡¡¡
Querido abuelo…
Como ya te dije una vez mi memoria no recuerda apenas nada tuyo…si sé de ti es a través de la memoria de la tía maruchi, ella es mi guía en esta vida, ella es la que rebusca en sus recuerdos y me cuenta tu historia, me cuenta poco a poco tu vida, tu estancia aquí, tu dolor¡¡¡
Esta carta es mi acercamiento a ti…es mi necesidad de haberte conocido, de que me abrazases y me hubieses contado toda tu historia…
Sé que fuiste una persona buena, honesta y leal a tus ideas y por eso estuviste aquí, por defender tus ideales…por eso te apresaron y te separaron de lo que era tu sangre, tus hijos y la abuela…
Mis pensamientos se van hasta ti muchas noches, en muchos instantes de mi vida aparece tu imagen etérea, te veo siempre entre los muros de este que fue tu infierno e intento imaginarme lo que sentías, como vivías el día a día, noche tras noche…como te sentías cuando veías que iban pasando los años y que tu infierno se prolongaba…
Hubiese dado mi vida por estar allí viviendo contigo ese calvario, ese sufrimiento que minaba tu existencia…esa libertad robada como pájaro enjaulado¡¡¡
La tía pone cara a mis recuerdos vagos, te pone voz, te pone vida y yo poco a poco como un puzle voy construyendo tu vida...pero me faltan muchas piezas y esto no terminará nunca de completarse…y ahora me voy al cementerio de las botellas a ayudar a todos aquellos que les robaron la vida, y pienso que alguno de ellos pudo haber sido amigo tuyo pero de lo que estoy segura es que todos y cada uno de ellos estuvo sufriendo lo mismo que tú en el mismo infierno de piedra…
Y aquí, en este infierno es donde quiero dejarte esta carta, por si alguna vez vuelas hasta aquí y la encuentras…quiero que sepas que siempre vivirás en mi, en mis pensamientos y que por ti estoy aquí…
Yo soy lo que soy ahora porque tú de alguna manera me has hecho caminar por estos senderos, descubrir cada piedra y pensar cuando las toco que por aquí has podido estar tú…que aquí ha quedado tu dolor y tus años robados y yo de alguna manera quiero dejarles libres…y mis lagrimas se mezclaran con las tuyas y construiremos la tierra para que tu y yo sigamos juntos siempre…abuelo te echo mucho de menos…
Quiero que desde donde estés…me abraces ¡¡¡ quiero sentirte¡¡¡ y quiero sobre todo que lo que la vida me robó de ti me lo devuelva haciendo algo por todos vosotros. Necesito poner mi granito de arena para construir entre todos el mundo libre que todos vosotros soñasteis y que con vuestras vidas y sangre pagasteis muchos…Abuelo…gracias por darme un pasado, un apellido del que me siento muy muy orgullosa pero sobre todo por saber que la libertad hay que ganársela día a día y la lucha no ha hecho mas que empezar…
Hasta siempre abuelo, hasta siempre Agustín…
Carta a Teodoro Hernán Aguado preso 760.
Hedy Herrero Hernán.
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