Josefa lleva hoy un corazón trasplantado y un holter. Tiene que medicarse, no puede coger peso y debe seguir una dieta continuada, además de un control médico y de pasear al menos una hora diaria, algo que no puede hacer porque no tiene quién se quede con su esposo. Éste necesita cuidados máximos al no poder hacer nada por su cuenta. "É un auténtico vexetal, non se move, non fala, pero penso que sí entende porque a veces abre moito os ollos. Teño que aspirarlle as flemas casi de continuo, porque do contrario afógase; hai que cambialo coma a un neno...".
A su marido, Francisco Rial Nieto, de 78 años, le diagnosticaron hace siete años Parálisis Supranuclear Progresiva, conocida también como Síndrome de Steele-Richardson- Olszewski, se trata de una enfermedad neurodegenerativa, un raro desorden del cerebro, para el que no existe tratamiento efectivo y que provoca falta de coordinación progresiva, rigidez de nuca y tronco, dificultad para mover los ojos, hablar ingerir alimentos sólidos o líquidos, unido a demencia. Hace tres años que no articula palabra, sólo emite sonidos guturales, ininteligibles.
La única ayuda que dispone hasta ahora y desde hace un quinquenio es la de ayuda a domicilio. De lunes a viernes y durante una hora y media una trabajadora social del Concello (la misma desde hace 5 años) acude a su casa para lavar a Francisco, levantarlo, hacerle las curas (tiene una sonda vesical que se le atasca con facilidad, problemas de estreñimiento y una PEG de alimentación, entre otras complicaciones) y asearlo. Desde hace un mes, y fuera de su horario, también acude todas las noches para acostarlo, porque Josefa ya no puede con él.
En 2007 la mujer solicitó adherirse al programa de la Ley de Dependencia. No pidió dinero solo horas. El 13 de mayo pasado le llegó la resolución de Vicepresidencia, en el que se le concedía el servicio de Teleasistencia a prestar por Cruz Roja, pero ni Francisco ni Josefa pueden hacer uso del teléfono móvil, él porque no es consciente, y la ella por la incompatibilidad con el holter. También se le concedieron 70 horas/mes de prestación domiciliaria, a cargo del Concello de Santa Comba, "pero a día de hoxe non teño ese servicio. Cando o solicitei pensei que eran a maiores do que xa tiña, e que esas 70 horas eran para prestar axuda os fins de semana, os festivos e para quedar con él para aliviarme un pouco a min".
Josefa señala que desde el Concello le dicen que le van a quitar el servicio actual "porque van a facer turnos. Pero eu non quero que veña outra persoa porque ela o leva dende hai cinco anos. También pido que se me dea o servicio da Lei de Dependencia e telo durante os fins de semana e os festivos. Dinme que si non estou contenta que me vaia para unha residencia. ¿Como a pago?", se pregunta.
Desde el Concello xalleiro, la edil de Servizos Sociais, Matilde Calvo, recalcó ayer que la próxima semana reforzará el número de trabajadoras sociales para atender las demandas de dependencia en el municipio. Sostiene que además del de Josefa y Francisco hay siete casos más en el concello. En este sentido, Calvo recalca que ya se hizo el concurso de selección de personal "y de 11 conseguidos 6, y van a empezar a trabajar la semana que entra, como muy tarde el jueves".
La edil considera que la Ley de Dependencia "va muy lenta, y aunque todas las peticiones están aprobadas, Vicepresidencia no nos dotó con las partidas necesarias. No recibimos ningún tipo de prestación económica", recalca, añadiendo que "hace 4 meses nos mandó un comunicado diciendo qué cantidad íbamos a percibir pero no la recibiremos hasta finales de año. El problema de todo esto es económico", recalca Matilde Calvo.
Sostiene que el Concello presta el servicio de ayuda a domicilio "que no se puede cambiar, y por otro está el de la Ley de Dependencia, para el cual no disponemos de medios". En cuanto a la trabajadora que asiste a Francisco, Calvo mantiene que "están muy acostumbrados a ella, pero la ley les da 70 horas que podrán repartir como ellos quieran, y para cubrirlas será necesario un servicio por turnos".
Vicepresidencia
Este periódico solicitó hace más de diez días información sobre este caso particular a Vicepresidencia y sobre las posibles soluciones. Fuentes de la Consellería señalaron telefónicamente en dos ocasiones (la última el pasado viernes, 1 de agosto) que no tenían constancia de este hecho, y que habían solicitado información a otras departamentos, pero que hasta la fecha no le habían remitido dato alguno .
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