...
Hoy traigo a esta entrada la posibilidad que la vida me ha ofrecido en conocer a una persona a la que considero que me sugiere el conocimiento de mi privilegilada situación en la misma, creo que es realmente ejemplar su comportamiento y que por lo tanto para mí es todo un ejemplo a seguir
Coincidimos en nuestro viaje al Centro de Daño Cerebral NISA Vinalopó, en Elche, únicamente quién nos lea podrá quizás averiguar la identidad que por respeto a su intimidad guardaré, pues a pesar que ella no le concede mayor importancia, no seré yo quién la identifique en honor a su privacidad. Ella podrá o no optar por una cosa u otra, yo me mantendré en mi criterio actual.
Resulta ser una mujer jóven, está para vivir la vida que le resta con esa alegría que la caracteriza habitualmente, seguramente será una mujer de carácter, sin embargo yo siempre la veo con una alegría y jovilidad que me hace y mucho pensar en lo que le debo de agradecer a la naturaleza que me ha dado esta oportunidad, y ya van no sé cuantas veces que he gozado de su benevolencia. Es decir, de una vida, una y otra vez puesta a prueba, ya que allá por el año 1982 sufrí el ataque de un I.A.M. (Infarto agudo de miocardio).
Ella padece de ELA. Sabe que todo lo que sea arañarle un poco de tiempo es lo que le ha de quedar de felicidad, pues nunca se le ve con el ánimo decaído. Es muy duro tener que vivir con su patología. Inició su rehabilitación pensando únicamente en retrasar lo inevitable. Esa cita con la guadaña que tiene siempre preparada para segar unos deseos de vivir como el de la de Caronte. El barquero asignado para su último viaje. Pero como si de una espectacular mejoría, la hace vivir con una mirada puesta en alargar su existencia, ya no por el egoísmo de mantenerse todo el tiempo en este mundo, no, lo hace pensando solamente en acompañar el crecimiento de su bella hija que actualmente está viviendo una una época escolar.
Ya camina, con un andador si, pero cada vez la veo más independiente, más suelta. Camina, va cada vez que el conductor de su ambulancia va a recogerla por las mañanas para conducirla. al igual que a mí, a su rehabilitación que con tanta tenacidad se emplea para evitar lo inevitable, solamente va sentada en una silla de la propia ambulancia cuando ha de bajar una fuerte pendiente que existe desde la primera planta de la terraza de acceso a la puerta de la calle, de allí viene siempre a subir con la ayuda del mismo, ya que es lo único que por el momento no le ayuda, subir por su propio medio, pero todo se andará que su constancia, tenacidad y deseos no le ha de faltar hasta llegar a conseguirlo..
Cuando todavía no tenía consciencia de que mi disfagia silente no podría con unas empanadillas de tomate contenido en el pisto, elaboradas con una amalgama de productos, todos naturales, como es el tomate, huevo duro y cebolla frita; solía darle los buenos días con la degustación de tan suculento manjar, de una panadería que nos salía al encuentro y que habitualmente surgía con una galardonada laureola de una inmensidad de premios del gremio obtenidos por su buen hacer culinario.
Siempre, para satisfacer mi gusto y ganas en consumirlo, compraba una para cada uno de los viajantes, incluido el conductor que siempre celebraba con su degustación a la hora del almuerzo. Ahora ya no debo ni puedo seguir realizándolo ocultando a los míos esta debilidad que tenía.
Una vez en el centro de Daño Cerebral, mientras esperábamos el comienzo de las jornadas rehabilitadoras charlabamos alegremente entre los demás pacientes, con un alegre desinhibición con la que solíamos regalarnos el comienzo de cada día. Una vez se hacía la hora de entrada, cuando le tocaba dar fisioterapía gimnástica, se empleaba a fondo hasta el punto de tener que ser ayudada pues se vaciaba en cada entrega que hacía con tal de obtener esa mejoría que buscaba ansiosamente, por ello es que la traigo a este espacio con el objetivo puesto en esas personas que a diario comienzan el día rumiando su existencia, en lugar de dar gracias a la naturaleza por llegar a vivir un nuevo día a pesar de nuestras diferencias respecto a la mayoría de mortales. No tenemos derecho a quejarnos. Al menos podemos contarlo, que no es poco. Ella a diferencia de nuestra suerte, ya sabe que llegado el momento nos dirá adiós con esa amargura de hacerlo de su querida hija que es lo único por lo que lucha cada día y se mantiene echándole un pulso a la vida por el amor que le profesa.
Eso si que resulta ejemplar y lo demás son gaitas en las que nos miramos para amargarnos solamente por lo mucho que ella daría por tener nuestra suerte en la vida.
Venga mi agradecimiento y reconocimiento por tan bello ejemplo que nos das.
Tomemos buena nota de ello a quienes nos haga falta su ejemplo.
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario