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Tras dos meses de vacaciones estivales donde siempre hemos estado al capricho de Telefonica como proveedor de un "pendrive" adquirido para poder disponer de un servicio en línea con el que poderles informar diariamente, hemos sido pacientes sufridores de un servicio creado exclusivamente para aprovecharse del consumidor.
Claro, en este espacio de tiempo hemos confluido en la alicantina playa de San Juan, un aluvión de gentes con esta conexión y la compañía no ha querido dotar al servicio más módulos de comunicaciones que el que habitualmente existe, resultado, un servicio tercermundista a cambio de poder ver pasar, byte a byte, como si fueran a subir por una fuerte pendiente, ya que a la misma hora del día eramos miles de usuarios quienes debíamos indignarnos por utilizar este medio insuficiente, eso sí, naturalmente la compañia Timofonica hacia su agosto, nosotros resultabamos por consiguiente Timados como se dice, con al beneplácito de unas autoridades que han consentido olímpicamente estos desmanes y despropósitos.
Esto es lo que hay, son lentejas, si las quieres las tomas, y si no las dejas. Posiblemente tenga que emigrar hacía quien tenga menos demanda esta vez, compañías donde elegir existen. La prepotente Timofónica habrá de hacerlo tan solo una vez, dos no creo que estemos dispuestos a pasar por esta triste y lamentable experiencia otra vez.
Posiblemente estudien muy seriamente si habrán de seguir sin escucharnos una voces allende otros mares o españoles que hablan nuestra misma lengua., y no es que actualmente no hablemos el mismo idioma, sino que al utilizar otros giros se nos hace casi imposible ser escuchados. Eso sí, muy buenas palabras efectuadas contra un invisible muro, pero al fin y al cabo parece que nos asistan unos "toreros" profesionales. Son más caros naturalmente, no resultan tan baratos como la mano de obra extranjera, pero entre todos si lo exigimos habrán de darnoslo. No es cuestión de racismo, nada tenemos contra estas buenas gentes, solo que aquí estamos cada vez engrosando más las listas del paro y habrá que darle a esto alguna solución, digo yo.
No es justo, pero al parecer, cada palo habrá de aguantar su vela.
El caso es que nuevamente hemos recobrado la normalidad con nuestro regreso a nuestros domicilios particulares donde, al parecer somos tratados algo mejor. Solo algo, puesto que aquí, en este país, somos donde más caro servicio disponemos y de peor calidad, por supuesto con el consentimiento de unos políticos que solo deciden premiar a los corruptos y emplearlos al servicio de Timofonica Española.
Claro, en este espacio de tiempo hemos confluido en la alicantina playa de San Juan, un aluvión de gentes con esta conexión y la compañía no ha querido dotar al servicio más módulos de comunicaciones que el que habitualmente existe, resultado, un servicio tercermundista a cambio de poder ver pasar, byte a byte, como si fueran a subir por una fuerte pendiente, ya que a la misma hora del día eramos miles de usuarios quienes debíamos indignarnos por utilizar este medio insuficiente, eso sí, naturalmente la compañia Timofonica hacia su agosto, nosotros resultabamos por consiguiente Timados como se dice, con al beneplácito de unas autoridades que han consentido olímpicamente estos desmanes y despropósitos.
Esto es lo que hay, son lentejas, si las quieres las tomas, y si no las dejas. Posiblemente tenga que emigrar hacía quien tenga menos demanda esta vez, compañías donde elegir existen. La prepotente Timofónica habrá de hacerlo tan solo una vez, dos no creo que estemos dispuestos a pasar por esta triste y lamentable experiencia otra vez.
Posiblemente estudien muy seriamente si habrán de seguir sin escucharnos una voces allende otros mares o españoles que hablan nuestra misma lengua., y no es que actualmente no hablemos el mismo idioma, sino que al utilizar otros giros se nos hace casi imposible ser escuchados. Eso sí, muy buenas palabras efectuadas contra un invisible muro, pero al fin y al cabo parece que nos asistan unos "toreros" profesionales. Son más caros naturalmente, no resultan tan baratos como la mano de obra extranjera, pero entre todos si lo exigimos habrán de darnoslo. No es cuestión de racismo, nada tenemos contra estas buenas gentes, solo que aquí estamos cada vez engrosando más las listas del paro y habrá que darle a esto alguna solución, digo yo.
No es justo, pero al parecer, cada palo habrá de aguantar su vela.
El caso es que nuevamente hemos recobrado la normalidad con nuestro regreso a nuestros domicilios particulares donde, al parecer somos tratados algo mejor. Solo algo, puesto que aquí, en este país, somos donde más caro servicio disponemos y de peor calidad, por supuesto con el consentimiento de unos políticos que solo deciden premiar a los corruptos y emplearlos al servicio de Timofonica Española.
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