El reto, la Ley de Dependencia
Such llega a Bienestar tras pasar desapercibida en Turismo
En junio de 2007, Angélica Such llegaba a la Conselleria de Turismo. Dos años después cierra una etapa en un departamento en el que ha pasado de puntillas. Lejos del carisma de su antecesora, Milagrosa Martínez, Such no ha sabido llevar la iniciativa en un sector especialmente atacado por la crisis. Y cuando ha logrado captar la atención de los medios no ha sido precisamente por logros en su gestión. La rueda de prensa más multitudinaria fue aquella en la que tuvo que dar explicaciones por la contratación del estand de FITUR a la firma Orange Market, investigada por corrupción.
Such, con 45 años y licenciada en Derecho por la Universitat de València, tendrá ahora una nueva oportunidad, aunque muchas quinielas -siempre fallidas en las remodelaciones de Camps- la dejaban fuera.
La plaza que le ha caído en suerte no es fácil. Mantener el empuje en Bienestar de Cotino, hombre fuerte del Consell, parece complicado. Además, la Conselleria presenta dos grandes retos: la aplicación de la Ley de Dependencia, convertida en otro enfrentamiento con el Gobierno, e impulsar el programa Más Vida de apoyo a las embarazadas.
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