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Si no salvo mis ideales, no me salvo a mi.







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martes, mayo 04, 2010

De la negligencia al olvido y del olvido al desprecio. El virus institucional de la polio persiste en el tiempo. Siempre peor que aquel pulmón de acero.

Carta de Raquel Rodríguez a la Presidencia del Gobierno

Señor presidente, se el momento tan difícil que vive el país, aún así le pido 5 minutos de su apretada agenda para que pueda leer como se sienten algunos ciudadanos "olvidados". Le hablo de la Poliomielitis en España: MEMORIA HISTÓRICA (la gran negligencia). Y sus consecuencias actuales.


Ahora que se está intentando recuperar a los olvidados de la guerra y que todos conocemos como Memoria Histórica, es el momento de hablar de otra memoria y de otros olvidados..…., los afectados por el virus de la poliomielitis, los fallecidos y los supervivientes.


En el año 1956, mientras el mundo occidental vacunaba masivamente a los niños contra el virus, el gobierno de Franco hacía caso omiso de esta recomendación y no fue hasta Noviembre de 1963 cuando se pone en marcha la vacunación a la población infantil española, es decir, durante casi 8 años, desde que la vacuna capaz de erradicar esta enfermedad, fuera puesta en circulación en los países Europeos evitando el contagio de la población, en España fuimos casi 16 mil niños los infectados con distinta virulencia y resultados. Sólo en esos 8 años, …..… cerca de mil fallecidos y el resto con secuelas de mayor o menor grado.


Sobre esta negligencia, ningún gobierno pidió disculpas, en época franquista impensable, pero tampoco los gobiernos de la democracia, ni siquiera se quiso o se ha sabido depurar responsabilidades de aquel error de la no vacunación y sus consecuencias.


Niños, a veces también adultos, viviendo en pulmones de acero, eran los casos más graves, niños con secuelas que les paralizaron piernas y brazos de por vida, muchos. Los menos, también infectados, no les quedó ni una secuela de la infección, no aparentemente, y digo esto, porque ahora, aquellos niños que estamos entrando en la madurez de los cincuenta nos hemos encontrado una nueva palabra, POST-POLIO. A ellos, a los que no les quedaron secuelas entonces, les están perjudicando los efectos tardíos, que desconocen y que nunca achacarían a la polio que pasaron levemente y que como no quedaron secuelas visibles, muchos de ellos también olvidaron.
Tras pasarnos nuestra infancia en hospitales, quirófanos y centros médicos, llegó para nosotros el final de los tratamientos, nos dijeron que ya estaba, que era todo lo que se podía hacer, que ya no tendríamos más problemas físicos que los que acarreábamos y habíamos asumido.


Nos olvidamos de los médicos y ellos de nosotros.


Así que, con nuestras secuelas, nos insertamos en una vida normalizada, durante décadas y con nuestra cojera y demás discapacidades, nos convertimos en ciudadanos casi sanos que, en silencio, dijimos a la sociedad que éramos capaces, tuvimos que trabajar duro para demostrar que podíamos estar en el mercado laboral, social y familiar, sin causar problemas.


Ahora, los supervivientes, hemos iniciado otra etapa en nuestras vidas, ha aparecido el SPP (síndrome pos-polio) algo de lo que nunca antes nos habían hablado y, es raro, porque ya a principios del siglo XX algunos investigadores iniciaban los primeros resultados sobre el estudio de dicho síndrome.


Es ahora cuando todos nosotros rondamos los cincuenta años o más, cuando nos hemos encontrado con esa palabra y sus trastornos y con una sanidad pública que desconoce como tratarnos; ahora es cuando nuestros problemas, vuelven a ser de la sociedad, porque necesitamos profesionales con experiencia, porque requerimos un diagnóstico, porque no queremos seguir arrastrándonos de especialista en especialista y que se nos trate con desdén por parte de quienes desconocen este problema, porque necesitamos ya un censo de afectados. En definitiva, un tratamiento digno que no nos haga que, ahora que estamos agotados, nos vuelvan a pedir que iniciemos una nueva batalla.

Ahora, es el momento, no podemos esperar más, yo pertenezco a la penúltima gran oleada de la poliomielitis en nuestro país, la del 62 y nuestro tiempo se agota, afortunadamente tras nosotros, quedan pocos afectados, por lo que a la sanidad española solo le daríamos problemas durante unos años, luego la polio, la post-polio y los afectados, sólo estarán en los libros de medicina, pero eso sí, si investigan nuestro caso, probablemente servirá para mejorar la prevención y tratamiento en los países que desafortunadamente siguen padeciendo éste virus, a veces letal.
Resumiendo: ¿qué pedimos ahora?


Pedimos que la Historia reciente se ocupe de ayudarnos con sedes de tratamiento multidisciplinar, que los centros de evaluación, no pongan en duda la existencia del síndrome, que se informe a los médicos de atención primaria y especialistas de su existencia.


Que se realice de una vez por todas, un censo de supervivientes y su problemática actual.


En definitiva, que nunca más volvamos al olvido.

GRACIAS

Fuente: A vueltas con mi polio

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