por Gustavo Vidal Manzanares
Un
muerto, un funeral, hipócritas golpes de pecho, estruendo
mediático... y ya está servido en bandeja de plata y sangre el
pretexto para convertir España en una sumisa "mayoría silenciosa" a
mayor gloria de la gran banca y los grandes capitales. La carnaza está
servida.
El
pasado 22 de marzo más de un millón de ciudadanos se movilizaron para
decir NO al pago de la deuda contraída por los banqueros, así como
para mostrar su rechazo ante las medidas impuestas por la Troika y
ejecutadas por el gobierno contra las clases medias y populares.
Y sin otra finalidad que favorecer a las grandes fortunas y capitales.
Pese
al insidioso silencio mediático y la ausencia de los partidos y
sindicatos mayoritarios, posiblemente haya constituido la mayor
movilización de la actual democracia. Sin embargo, este hecho de calado
descomunal ha pasado desapercibido.
Transcurridos
los primeros compases del confuso, furioso y atronador ruido
mediático y político, conviene utilizar la cabeza para lo que
constituye—o debería constituir—su principal función: la reflexión.
¿A quién beneficia lo ocurrido?
Contamos
con tres actores principales: manifestantes y organizadores, policía y
gobierno del PP. En ese sentido, cabe preguntar: ¿beneficia a la
policía recibir agresiones y ataques?, ¿beneficia a los organizadores y
manifestantes ver eclipsadas sus reivindicaciones?, ¿beneficia al
gobierno que ocurran disturbios que criminalicen a sus opositores?Que
cada cual razone, cuestione, analice y piense quien podría ser el
beneficiario, si lo hubiere, de lo ocurrido.
En
este sentido, conviene resaltar que los días previos a la
manifestación se sucedieron declaraciones incendiarias (y posiblemente
delictivas) de responsables políticos del PP (más bien habría que
calificarlos de irresponsables políticos) acusando a los manifestantes
de nazis y comparándolos con los neonazis de Amanecer dorado.
Las
declaraciones posteriores de Cifuentes asegurando que se perseguía
“matar policías” o los rebuznos de Ana Botella (bien entendido que
“rebuznar” ha de entenderse como “expresar desatinos e
incongruencias”) solicitando limitar los espacios de manifestación
evidencian la voluntad de estigmatizar y limitar el derecho de
manifestación. Desde luego, y siempre desde el terreno de la mera
apreciación, no parece que persiguieran aplacar los sucesos. El reciente
rebuzno (es decir, “hecho o dicho desatinado y sin razón, ciencia o
fundamento”) de la señora Botella calificando de “Kale Borroka” los
incidentes tras la manifestación confirma la referida intención.
De
cualquier modo, creo que no hace falta insistir en la finalidad del
PP y sus correveidiles mediáticos por satanizar las protestas no
domesticadas, así como oscurecer el éxito de la masiva concentración
del 22-M y, más aún, los lemas que la presidieron. Desgraciadamente,
en este caso y por el momento, se han salido con la suya.
Analizando con frialdad lo ocurrido
Superada
la “resaca” y exaltación propia de los disturbios, conviene analizar
con serenidad la secuencia de hechos, a estas alturas tiznados por la
negra sombra de la sospecha.
Así,
como han denunciado los organizadores, la policía comenzó a cargar
cuando aún no había concluido la manifestación. Según se narra, el
motivo fue el lanzamiento de tres petardos por tres sujetos a los que ni
tan siquiera se pudo identificar.
Desde
luego, no justifico el lanzamiento de petardos contra nadie, pero,
sinceramente, ¿constituye suficiente motivo para cargar contra una
manifestación en curso, de centenares de miles de personas?
Dado que la policía se incardina en una rígida cadena de mandos, cabe
preguntarse quien pudo impartir una orden tan irresponsable y
temeraria que, no solo pudo provocar una masiva tragedia (recordemos la
catástrofe del estadio Heysel), sino que prendió la mecha de los
disturbios posteriores.
En este sentido, a los organizadores de las marchas del 22-M no les
duelen prendas en señalar que "Lo que sucedió es un montaje de las
cloacas del Estado, basado en los preceptos de la propaganda de
Goebbels, que es inventarse una noticia falsa para tapar la verdad.
Las marchas fueron un auténtico éxito, con dos millones de personas
contra el Gobierno y los gobiernos de la Troika.No podían permitir que los noticieros abrieran esa noche con ello; por eso hubo cargas policiales y crearon violencia… la cerilla que prendió el campo de cereal vino de la calle Génova”.
Antidisturbios utilizados como guerreros Ninjas y carne de cañón
En un excelente y agudo artículo titulado “Carne de cañón” cuyo enlace adjunto para evitar malas interpretaciones (http://www.eldiario.es/autores/javier_gallego/ ),
el periodista Javier Gallego plantea: “¿Y si resulta que el Gobierno
en el 22M utilizó a los antidisturbios como carne de cañón para
disparar de muerte a las protestas sociales?”, ¿Y si los responsables
políticos utilizaron a los policías como carne de cañón, poniendo en
riesgo sus vidas, para criminalizar una protesta que fue
mayoritariamente pacífica?”.
Partiendo
de la base, nada endeble, de que el PP buscara criminalizar la
protesta (como así hizo caldeando el ambiente previo) alude al hecho
extraño (más que extraño, insólito) de que un grupo de tan solo quince
antidisturbios quede aislado en mitad de una auténtica batalla campal
(¡ni que fueran guerreros Ninjas!). Conviene resaltar que, para bien o
para mal, la policía española está considerada la más eficaz del
mundo en el llamado “control de masas” por lo que “errores” de esta
clase resultan difíciles, muy difíciles, de entender.
A lo anterior se añade: “Los policías piden auxilio pero se produce
"un silencio en la emisora durante unos minutos. Pasan demasiados
minutos sin apoyo… Además de que sea muy poco creíble que se equivoquen
de posición en un área tan abierta y cercana al núcleo del
dispositivo, eso no explica los minutos de silencio en la radio ni por
qué avanzan 15 policías solos sin la cobertura habitual de los
furgones y de otros compañeros… Además habían recibido una orden
estricta y anormal: no utilizar pelotas de goma, lo que les hace
infinitamente más vulnerables”.
Con una sagacidad que se echa en falta en el actual periodismo,
Gallego prosigue: “La clave está en quién daba las órdenes allí. No fue
el jefe de la UIP que no estaba en la calle como es habitual. Su lugar
lo ocupaba extraordinariamente el Comisario General de Seguridad
Ciudadana, un cargo de confianza del ministro del Interior, nombrado por
Jorge Fernández Díaz. Lo normal es que el comisario hubiera estado en
su gabinete coordinando el dispositivo, ¿por qué entonces sustituyó
en su puesto al jefe de la UIP que desapareció del mapa? ¿A qué se
debe este cambio tan inusual? ¿Y a qué se debe que no respondiese a la
llamada de auxilio de sus hombres y dejase la emisora en silencio
"durante minutos"?”
Unas conclusiones más que razonables
Aún
sin ánimo de prejuzgar, lo cierto es que llegados a este punto, el PP
ha conseguido lo que buscaba: criminalizar una protesta pacífica de
más de un millón de personas, que no se hable de las reivindicaciones
que la encabezaron y, no menos importante, caldear la situación hasta
un punto de ebullición de imprevisibles consecuencias.
Los dos primeros aspectos me parecen propios de la maldad y el
desprecio al ciudadano que, día tras día, segrega y destila este
gobierno. Pero lo último se antoja de una colosal irresponsabilidad.
Basta sumergirse en los foros policiales para leer escalofriantes
arrebatos y calentones (“la próxima vez, los gomazos de cuello para
arriba”, “tendrá que morir alguien”, “desenfundaré la pistola…”). La
perversión e irresponsabilidad de este gobierno, en las lindes, sino en
el terreno, de la psicopatía, parece orientada hacia la apertura de la
espita venenosa de “acción-reacción-acción” que, en la historia de
España, ha demostrado resultar incontrolable.
Por ello, me atrevo a barajar la tesis esgrimida ya por otros: junto
al silencio y desprecio de las vías pacíficas de la ciudadanía, se
está utilizando a la policía como carne de cañón para matar las
protestas. Cuesta creer que durante el 22-M se produjeran tantos
“errores humanos” a la vez. Y cuesta creerlo, sobre todo tratándose de
un gobierno que ha ubicado su norte en el desprecio, el cinismo y la
mentira.
Ciertamente,
no pocos opinan, y así retruena en las redes, que el PP busca un
muerto. “¿Para cuándo el primer antidisturbios muerto”? me preguntaba
un internauta ayer. Policía, manifestante, da igual. Algo que permita
escenificar, con la hipocresía secular de la derecha, el réquiem de
las protestas. Con la música de la inconstitucional “ley de seguridad
ciudadana” de fondo y la resonancia ciclópea propiciada por los
medios de comunicación apesebrados. Esa desgracia provocaría tal
alarma social que las manifestaciones quedarían, a su vez, heridas de
muerte. En suma, un país convertido en una gigantesca “mayoría
silenciosa” a la que se permitiría, eso sí, parodiar la democracia cada
cuatro años para, acto seguido, ignorar su voluntad y laminar sus
protestas… ¿a quién beneficia ese lamentable escenario? Quien use la
cabeza para pensar, que se responda a si mismo. Quien la use para
embestir, continúe en la funesta dinámica de odio y crispación.
Expreso
una opinión, ciertamente, no una afirmación pero aún así... ¡Cuánto
me gustaría equivocarme! Y… ¡cuánto me gustaría también que la
policía entendiera, de una vez por todas, que, a día de hoy, se
encuentra en el bando equivocado y, no menos importante, errando
respecto de sus verdaderos enemigos! ¡Cuánto me gustaría que
comprendieran cómo son usados a la manera de carnaza para inconfesables
intereses de poder y codicia!
La
extensión de esta reflexión aconseja que sean menos las noticias que
acompañen esta entrada del día de hoy, al objeto de considerar la
profundidad de su contenido, algo que nos hará considerar su mensaje que
no es otro que ayudar a entender los efectos buscados en la población
cual podría ser la distracción y tergiversación de los acontecimientos
verdaderos que les sitúen en la realidad.
Para
que conozcan todas sus posiciones frente a su política de actuaciones,
les acercamos a la consideración de esta ley previamente practicada por
sus mienbros, la conocida Ley de la Mordaza.
Admiten a trámite el recurso del PSPV contra la ´ley mordaza de Castedo´
Según los socialistas, las medidas del gobierno local "restringen" el acceso de la oposición a expedientes
efe 01.04.2014 | 16:29
El
Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Alicante ha
admitido el recurso del PSPV-PSOE contra la medida del gobierno local
popular que, según los socialistas, "restringe" el acceso de la
oposición a expedientes o al registro municipal y que califican de "ley
mordaza de Castedo".
JUAN J. RODRÍGUEZ SENDÍN. PRESIDENTE DE LA ORGANIZACIÓN MÉDICA COLEGIAL(OMC).
«Es intolerable que un español no tenga acceso a tratamientos por falta de recursos»
El máximo representante de los médicos españoles muestra en Alicante su absoluto rechazo al ánimo de lucro en la sanidad
a. fajardo 01.04.2014 | 11:52
Rodríguez Sendín, durante su visita a Alicante. Juan Carlos Valdivia
Defensor
del copago farmacéutico para evitar el abuso de los medicamentos,
pero absolutamente contrario a que los enfermos crónicos o familias
sin recursos tengan trabas para ser atendidos. Así se muestra Juan
José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial
(OMC), quien reconoce la pérdida de la calidad en la sanidad por los
recortes.
(Leer la noticia)
N:R:
Donde disentimos de este representante médico colegial, es en
referencia al COPAGO que para nosotros es un REPAGO por el que ya
previamente contribuimos por medio de nuestros impuestos, ahora bien si
fuese por la necesidad colectiva de sacarnos del arroyadero en donde nos
han conducido, habría de ser para todos igual, aplicado para todos por igual y no solamente por una parte de la población española, como en estos mismos momentos nos ocupa.
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